¿Diferentes? Ni tanto.

1.1K 81 5
                                    

Aún recuerdo la primera vez que nos vimos. Desde lejos pero justo a los ojos y desde entonces lo supe... Lo supe más claramente y más a prisa que cualquier otra cosa en mi vida.

Tú y yo no éramos parecidos en absolutamente nada. Ni en ese momento ni mucho menos ahora.

Tú siempre eras tierno, un ángel que podía curar con su sonrisa y que con sus brillantes ojos podía iluminar hasta la más profunda oscuridad.

En cambio, yo... Ja! Yo muy iluminado que sea para esa edad, era de ignorar a todo y todos e internamente, mandarlos al carajo para que al menos, a mí mismo, me quede claro que los quería bien lejos y que me dejaran en paz. Yo era un altanero que sonsacaba a cualquiera que quisiera entablar una relación conmigo y mientras tú hacías brillar el mundo con tus labios dulces y tiernas palabras, yo opacaba todo con mi mirada de amargura y orgullo.

Aunque en el fondo lo odiaba... En el fondo del corazón, ese orgullo me daba algo de temor y me desesperaba.

Aun así, te me acercaste y me ofreciste tu amistad. Una amistad que me fue imposible rechazar aunque lo intentara, aunque muy en el fondo de mi alma, de verdad que no quería rechazarte porque sentía que me arrepentiría de alejarte.

En estos momentos, en los que recuerdo nuestro primer encuentro, siempre me pongo a meditar toda nuestra relación. Me dan ganas de correr a tu lado y preguntarte si realmente estas seguro de tu elección. ¿Estás seguro de que quieres estar conmigo a pesar de todo lo que sabes que soy?

Mientras te veo, sonriente y con tus cabellos lacios de oro puro danzando con el suave viento de la mañana, me hipnotiza el fijarme en lo blanca y limpia que es tu piel de nieve, a pesar de las cicatrices que esconden tus vendas, donde las ocultas a los ojos curiosos aunque sea a viva voz tu trabajo perfecto de artesano y como lo desarrollas, me hacen sucumbir a los suspiros y los pensamientos impuros para alguien como yo.

Pero es en ese momento, en el que veo tus vendajes, en los que no puedo evitar recordar que yo aun lucho con sanar cada cicatriz interna que recubre mi alma, que siempre están en carne viva, recordándome a cada paso que doy todo aquello que he sido, todo aquello por lo que he vivido, muerto y resucitado.

Todos saben que allí están tus marcas y no temes que alguien las vea, en cambio yo... Nadie sabe dónde están agazapados mis demonios y temo que algún día, o tu o alguien más me descubra vulnerable y los sorprenda arañando la intimidad de mi ser.

Sincerándome conmigo mismo, más temo que tú me veas porque no quiero ser débil a tus ojos. Quiero que siempre me veas como alguien fuerte y decidido... Alguien que te protegerá de todo mal sin importar el tiempo o la circunstancia.

Te veo marchar unos pasos y me doy cuenta que ni siquiera nuestra forma de andar es igual. Hasta eso tenemos de distinto. Hasta nuestras estaturas difieren.

Recordando el pasado, me doy cuenta de que nunca hemos pensado igual también. Mas no así ideales, ya que el amor a nuestra Diosa, no ha unido bajo el mismo cielo, tenemos maneras de pensar muy distintas. Tú quieres ver la determinación y pureza de todos los que puedan enfrentarnos, para ver si sus razones de lucha son justas y nobles, mientras que yo prefiero probarlos también, pero mediante la fuerza, la lucha y el combate, sin miedo alguno de arriesgar mi vida con tal de ver si es real su causa.

No somos de los que se esconden, en eso podríamos coincidir, pero nos separa el hecho de que tu prefieres el dialogo y la calma mientras yo voy de frente con los puños y toda la fortaleza que mi cuerpo pueda permitirme.

En lo que podríamos coincidir también es que ambos somos muy seguros de nosotros mismos... O al menos eso quiero aparentar.

Por fuera, ante el mundo soy seguro, pero bien en el fondo también soy seguro, si... Pero seguro de mis inseguridades.

Porque las tengo. Porque soy hombre. Porque soy humano.

Con tus sonrisas encantadoras escribes bellas poesías. Con mi frió orgullo creo castillos de soledad.

Puedo asegurarlo... No tenemos absolutamente nada en común.

Espera un momento, cariño mío... ¿Nada? Creo que es más justo decir que casi nada.

¿Edades? Las mismas. Ah, me conformo con tan poco algunas veces con tal de poder sentirme a tu altura.

Tal vez podríamos coincidir en algo más si nos pusiéramos a conversar de alguna que otra cosa sin importancia.

Podría averiguar si coincidimos en algún gusto por la música o tal vez algo más tonto, como lo es un dulce o una fragancia en particular.

Nuestras estrellas no coinciden, pero la luna nos ha hecho coincidir, ya que esta noche, una vez más, la veremos juntos, bajo el mismo cielo, bajo la misma brisa.

Nada de lo que somos, nos hace coincidir, solo nos separa a cada segundo en que más pienso en nuestra situación, pero es eso mismo lo que siento que nos une más que nada.

Pareciera que tus manos fueron creadas como piezas justas para calzar en las mías. Encajamos perfectamente el uno en el otro, en todo lo que esa frase pueda interpretarse.

Algunos días yo soy negro y tu blanco. Otros días es al revés y tú te transformas en la tinta de mi papel.

Nuestras diferencias pueden jugar a separarnos, pero nosotros sabemos la verdad y entendemos que esa verdad es lo más importante... Y eso resulta ser que allí siempre estas para mí y yo siempre aquí estoy para ti. No importan las dichosas diferencias.

Si cariño. De verdad que no somos nada parecidos y por lo que veo siempre seremos así tal y cual somos ahora, tal y como fuimos desde el día en que nos conocimos. Por cómo veo que, y sé que también te das cuenta de eso, fueron, son y serán las cosas, nunca vamos a poder cambiar y nunca vamos a poder ser iguales, pero ¿sabes una cosa? No me importa.

No me importa y sé que a ti tampoco te importa, porque lo que tenemos gracias a esas diferencias es increíble y no lo cambiaría por nada nunca. 


*

*

*

*

¡Holis! Aquí estoy hoy con algo muy especial.

Un pequeño regalo para mi linda LeonoCassiopeia por su cumpleaños.

¡Felicidades bella mía! Espero tengas un muy lindo día hoy y te guste esta pequeña cosilla que he creado para ti. ¡Te quiero un mundo y gracias por todo siempre! 💕

¡Besos! ¡Las quiero! 

Las diferencias que nos unenWhere stories live. Discover now