Rosas Congeladas

Segunda Rosa

Después de lo que paso con Anthony, no quise saber de ningún chico por mucho tiempo y la verdad es que aquella decisión me hizo bien, subí mucho mis notas ese semestre y acabe siendo una de las mejores estudiantes de la clase y eso, de alguna forma, me hacia olvidar todo lo que había pasado seis meses antes. La escuela había acabado, las vacaciones habían comenzado y como recompensa por mis buenas calificaciones, mis padres y yo fuimos de viaje hacia un bosque en el que las personas se reunían para pasar sus vacaciones y después de unas aburridas, cansadas y estresantes —debido a que cada vez que mi querido padre veía una gasolinera le daban ganas de ir al baño — Ocho horas en un auto pequeño lleno de maletas, llegamos al campamento. En lo personal no era una chica que le gustase la naturaleza, pero al ver aquellos pinos de cinco metros, el oxigeno libre de humo y una vista desde aquella cascada hacia el lago que seguía su camino sin rumbo alguno, me hacia replanteármelo dos veces al decir que la odiaba. Pero la belleza no solo se veía en aquella cascada, sino también en el aspecto de aquel chico pálido, no tenía un físico envidiable, su cara tenía un poco de acné y no era para nada bueno encendiendo la fogata, pero vi algo en él, vi que detrás de su torpeza, era un chico agradable, gracioso y que siempre intentaba sacarles el lado positivo a las cosas y créanme que EN SERIO le saca el lado bueno a todo. Su nombre era Logan Tumminello, si, un apellido algo inusual, al igual que él.

Él era el único chico en este lugar que no necesitaba de un pañal para hacer sus necesidades o una figura de Max Steel para entretenerse, por lo cual él sería mi único amigo en los próximos 3 meses y en verdad, no me quejo de que lo haya sido. Las primeras semanas fueron demasiado divertidas con Logan de compañero. Aunque cada día me daba cuenta de que él me veía con otros ojos, él me veía de la misma forma en la que yo veía a Anthony. Cada noche, en la fogata se me acercaba más, y se ponía cada vez más cariñoso y meloso y aunque a veces era lindo escuchar a alguien decir lo linda que eres, otras veces era fastidioso y repetitivo. Una tarde, él me llevo a pasear por todo el bosque, y cuando llegamos al lugar en donde se puede ver a la perfección como el sol baja para que las estrellas saquen todo su esplendor a relucir, él con nervios poso su mirada en mi y saco de su boca la frase...

— ¿Cara, quieres ser mi novia? ­— dijo mientras sacaba una enorme sonrisa de su cara. Una sonrisa que reflejaba el amor que él sentía por mí, una sonrisa que, en ese momento, me hubiese encantado verla por mucho tiempo. Tal vez.

— Logan... Yo... Si, si quiero ser tu novia — Dije para que después él me abrazara muy fuerte y me agarrara de la mano para seguir paseando por este maravilloso bosque. Sabia que Había hecho una buena decisión al haber aceptado ser su novia ¿Verdad?

Logan era un gran chico, uno de los que mas le tengo cariño hoy por hoy y esos meses que había pasado con él habían sido lindos, pero... Con el paso del tiempo me fui dando cuenta de que, aquella decisión no habría sido la mejor que he tomado. Si, él era cariñoso, pero como dije, a veces tanto amor en un solo día, puede ser una flecha envenenada para cualquier relación, y no me malinterpretes Zoey, amaba que él dijera todas y cada una de esas cosas que sentía por mí, pero a veces, simplemente no era el momento para decirlas. Sus chistes poco a poco se fueron repitiendo una y otra vez hasta que un día le pedí que se callara y me di cuenta, que... Yo no lo veía con los mismos ojos con los que él me veía. Y decidí, cortar esto de raíz.

Agarre aire y lo exhale. Llego el momento.

— ¡Hola, cara!, no creerás lo que consegu...

—Logan, tenemos que hablar — Dije poniéndome mi cara lo más seria posible — Escucha, eres un chico super maravilloso y tienes unos sentimientos tan hermosos hacia mí, y sé que esto te dolerá, tal vez mas que a mi al decirlo... Yo... No siento lo mismo que tu sientes por mí, y sé que antes dije que si lo sentía, pero la verdad es... Que estaba confundida; no pienses que no te amo, porque si lo hago, solo... Que el amor que tu sientes por mí es muchísimo más grande que el mío hacia ti. Lo siento, en verdad, perdón, pero no puedo seguir siendo tu novia.

Él me dio una rosa antes de irse sin decir palabra alguna.

Después de eso, todo se volvió tan frio y horrible, no porque él haya hecho algo malo, sino porque me di cuenta, que jugué con los sentimientos de alguien, jugué con su corazón, solo por no decir lo que en verdad sentía.