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Mitch P.O.V.

Es todo. Hasta aquí llegué. Puedo ser muy paciente y todo lo que quieran pero ya fue demasiado.

- ¡Mira, Mitch! ¡Le queda perfecto!- y ahí está Scott, admirando como el gato negro está en el marco de la ventana luciendo su nuevo collar violeta, el ya mencionado se lo había comprado esta mañana en la tienda de mascotas ¡Ni siquiera es su mascota¡... o eso creo yo

Resumiendo los hechos: el gato apareció de la nada hace dos meses y el rubio no podía quitarle los ojos de encima, como si se tratase de un unicornio multicolor.

Sorprendentemente Paul, el dueño del edificio departamental permitió que el felino se quede siempre y cuando no dañase nada ni moleste a los vecinos. La cara de Scott en ese entonces era para una portada de revista.

"siempre quise un gato pero mi madre nunca me lo permitió" le contaba a su minino mientras le rascaba detrás las orejas, ronroneando y arqueando la espalda en busca de más "No es fantástico que Paul accediera?!" No, pero por supuesto que no lo era. Acaso olvida a Wyatt, me ofende.

No es que tuviera algún problema con tener un segundo gato en la casa pero ese me particular le está crispando los nervios.

Desde su aparición, Scott me había dejado de poner la misma atención (incluyendo a Wyatt quien se encontraba en la misma situación que yo), incluso días antes me había ignorado para atender a "Mitchie". Sí. No conforme con ponerle nombre, le había puesto mi nombre (bueno, apodo ¡pero era lo mismo¡ ). ¡Ugh! ¡Cómo lo odio!

La bola de pelos más oscura desaparecía durante el día y solo volvía por la noche por comida de mi Wyatt y mimos de mi Scotty. Mimos que debería darme a mí y que se habían vuelto prácticamente inexistentes. ¿Tan difícil era dejar al gato y prestarle atención a él?, ¿Qué se suponía que hiciera para que mi novio me prestara atención?

Sueno como adolescente de novela mexicana y lo sé, me siento ridículo, pero las cosas empeoran cada vez que veo como mueve sus negras orejitas.

Si Kirst, Avi, Kevin o simplemente cualquier amigo me viera, probablemente se atragantaría de la risa. Y era que... ¿celoso de un gato? Se escucha sencillamente estúpido, pero el asunto no puede ser más literal que eso.

Vuelvo a mirar como mi novio juega con Mitchie, arrojándole un ratoncito de tela azul que el felino atrapa en vuelo y luego lo mordisquea juguetón, por un momento desearía que Scott lo lance más lejos, al grado de que éste salga por la ventana abierta enfrente suyo y que el gato sea aún más estúpido y salte estando en un quinto piso.

Es algo cruel, no pienso negarlo, pero es que nadie (NADIE) se puede comportar de manera condescendiente con alguien que intenta robarte tu pareja.

- ¡Mitch, mira! ¡Le gusta! –chilla encantado el mayor cuando mitchie se acuesta sobre su lomo para que le siga rasgando la barriga. Really? Le rasca la barriga todos-los-putos-días, ¿por qué mierda se seguía emocionando?

El minino de deshace en ronroneos y sonidillos de gusto, encorvando la columna y maullando agudo para terminar retorciéndose complacido. Se para, menea la cola y camina con gracia hasta situarse sobre las piernas de Scott, captando aún más su atención y dejándome de lado una vez más.

Miro la escena desde mi lugar en el sillón y raspando el apoyabrazos con mis uñas.

Me siento tan impotente al quedar como un simple espectador de la escena...

- espero y te arañe el rostro- suelto sin pensarlo y espero a que al menos con eso Scott voltee a verme, pero nada. El rubio pasó por alto mis palabras y continuó brindándole mimos a su gato.

Black Cat (Scomiche)Where stories live. Discover now