Alto Voltaje⚡(Kaminarixtú)

🏢VIEJA🏢

Antes de leer quiero daros mil disculpas por tardar tanto🌚❤

Vuestro Springtrap ha vuelto.

Spring a vuestro servicio.

Y ya no os abandonaré x7392012 vez como mi padre hizo al irse a comprar al quiosco.

¡Aún sigo esperando el chocolate hijo de puta!

Al final de este capítulo es importante que leáis lo que va pasar a partir de estos momentos y de como va a retomar esta historia y la explicación de mi desaparición mística.

Os quiero.

Se os quiere.

¡Un saludo y arriba España!

:)

NARRA TN2

Me encontraba en un especie de hospital. Paredes blancas, largos pasillos, gente tosiendo y muriendo. Lo normal de todos los días en los hospitales.
A mi lado un chico que miraba al suelo y parecía no respirar.

¿Estaba muerto?

:D quizás.

—Si no juegas con fuego, te morirás de frío — entonces el chico arqueó las cejas, aún con la misma cara de muerto.

¡ESTÁ VIVO!, ¡ESTA VIVO!

—¿Qué quieres decir? —preguntó.

—¡Yo que se maldito termostato! —le grité.

Él asintió.

—¿Qué tinte usas para el cabello? — le toqué la cabeza con mi dedo índice. No se inmutó — Quiero un tinte blanco para parecer una vieja y que me pague el estado mi pensión de jubilación.

—Eso no funciona así — expresó. Su voz me sacaba de quicio. ¡Parecía haberse fumado kilos de marihuana!, ¿Por qué hablaba taaaan despacio? — Y no me tiño el pelo.

—¿Si te encuentras a hello kitty dices "hello hello kitty"? — me rasqué la nariz. Él pareció querer responderme.

—Todoroki Shouto, pase porfavor —interrumpió una señorita delante nuestra.

El chico se levantó de su asiento con total tranquilidad para seguir a aquella mujer, pero antes de marcharse giró la cabeza para mirarme.

¿Tengo cara de pene o qué?

—Nos veremos — hizo un gesto de despedida y se fue.

Me tumbé en las sillas, ocupando todo el espacio y miré al techo mientras cantaba cumbia y meneaba los pies al son de los compases y ritmo. Ni puta idea cuánto tiempo estuve así cuando de repente vi como dos ciegos estaban peleándose delante mía.

Ksual.

Espera....
¿Pero de donde coño salieron?

—¡Es mi perro! — gritó uno.

—¡Firulais ven aquí!, ¡es mio puto! —gritó el otro.

Pobre Firulais.

—¡Que alguien los separe! —
chilló una mujer.

—Porfavor calmense señores —estaban los guardias.

—Malditos inservibles — murmuré, me levanté de mi silla y grité. — ¡Apuesto por el de la navaja!

Ambos salieron corriendo.

—Oh, ha sido gracias a aquella chica — escuché varios aplausos, tomé de la correa a Firulais.