PROLOGO

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Había pasado mucho tiempo desde la última vez que pisaba su tierra natal, la sensación de nostalgia llenaba su mente, desde la ventana del avión podía ver los grandes edificios y el movimiento fluido de la gente. Para ella, Estados Unidos era su hogar, había vivido ahí desde los 11 años, se sentía como un pez fuera del agua al regresar a Japón. Su familia, a causa del trabajo de su padre, tuvo que mudarse tiempo después de que ella finalizara la escuela primaria, le había costado acostumbrarse al modo de vida en EUA, sin embargo, con el tiempo se convirtió en la chica popular de la escuela gracias a su actitud efusiva y animada. Su mirada profunda y de un brillante color café claro, su cabello castaño, sedoso y largo, complexión delgada y su rostro sin imperfecciones, le permitió entrar al mundo del modelaje; comenzó con pequeños trabajos en catálogos para ropa, pero con el tiempo su vida se volvió más ajetreada, al haber madurado, muchas marcas la buscaban para la publicidad de sus productos, programas de televisión y eventos de moda, tenía poco tiempo para amigos y familia, pero debía admitir que amaba estar bajo los reflectores.

Al ser momento de entrar a la Universidad -por su nacionalidad japonesa y sus cartas de recomendación de algunas empresas-, no le fue difícil conseguir una beca en una de las mejores escuelas de Japón. Su amiga de la infancia había conseguido entrar con una beca deportiva y eso le ilusionaba, pues no se sentiría tan sola.

Llegó un mes antes para que el adaptarse no fuera tan pesado, bajó del avión y se dirigió al área donde recogería sus maletas, el resto de su ropa y zapatos llegaría por paquetería, así que se encontraba "escasa" de outifs. Tomo un taxi y se dirigió a su antigua casa, sus padres solían ir en vacaciones a Japón, por lo que la casa no carecía de ningún servicio y todo se encontraba en perfecto funcionamiento. Al entrar en la casa, muchos recuerdos le inundaron, ahora ella estaba ahí sola, llena de sentimientos familiares, debía aceptar que ahora tendría un poco de paz y tranquilidad. Su cuarto estaba casi vacío, tenía una cama sin sabanas y un armario con el espacio ideal para la cantidad de ropa que esperaba por paquetería –y quizá más-, alrededor aun tenia algunos peluches, marcos y un par de muebles. Entró a la ducha, aún era temprano y había concertado una cita con su vieja amiga de la infancia para pasear un rato por la ciudad. Buscó entre la "poca" ropa que había cargado, hasta que finalmente se decidió por un hermoso blusón color crema, con cuello huango de estilo bufanda y mangas cortas, que al ser ella tan delgada, éste le quedaba holgado. Por debajo había resuelto combinarlo una hermosa falda negra y unas medias negras con figuras de estrellas rosa.

Aun le quedaba un rato antes de su salida, así que se dedicó a acomodar su cuarto, desempacar algunas cosas y tender su cama, esto le llevó toda la tarde y sin darse cuenta, ya estaba oscurecido, "el cambio de horario me ha sentado fatal" pensó. Saltó exaltada al ver que llegaría tarde -con lo puntual que era su amiga-. Antes de salir se revisó en el espejo, acomodándose el cabello y colocándose un broche -en forma de estrella- perfecta. Tomó un taxi a unas cuantas cuadras, el cual llego sin dilación al lugar donde habían quedado. Bajo a toda prisa, preocupada de que su amiga se hubiese ido. Después de dar un par de vueltas, por fin pudo dar con la pelirroja, pero al parecer, la chica no estaba sola. 

Esa Voz - MIMATOWhere stories live. Discover now