The Nurse. [L.S]

Chapter two: My name isn't William.

Doncaster, Reino Unido.

Harry camino con las llaves en la mano, rogándo por no perderse en esa gran casa.

—Joven Harry.—Harry volteo asustado.

—¿En que le puedo ayudar?—preguntó de vuelta tratando de sonar amable.

—Sus cosas están en camino, ¿las dejamos en su habitación?—Harry asintió sonriendo y el hombre se retiró.

Cruzó el pasillo y caminó hasta quedar frente a la misma puerta blanca, dudo en si debía usar la llave o tocar. No sabia si el chico tenía permitido abrir la puerta, así que mejor abrió con la llave. Al estar dentro, la oscuridad lo recibió, el ambiente era tibio, pero todo estaba en penumbras.

—Mamá ha dicho que no deben entrar, así que por favor salga.—una voz extremadamente dulce y suave se oyó en la oscuridad, Harry pensó que jamás había oído una voz tan hermosa.

—Oh, no, descuida, yo soy Harry Styles, tu nuevo enfermero y niñero por los próximos diez meses...mas o menos.—explicó mirando hacia ninguna dirección en especifico.

—Uh, bien, entra y cierra la puerta, puedes prender la luz, pero no abras las ventanas, mamá dice que me hace daño la luz natural.—Harry asintió confundido, aun sabiendo que el chico probablemente no lo vería.

Entro y cerró la puerta, tanteando la pared en busca del interruptor.

—¿Porqué éstas a oscuras si puedes prender las luz?—preguntó Harry aún buscando.

—Supongo que me acostumbré.—Harry pudo imaginarlo encogiéndose de hombros.

—Oh, bueno...—contestó sin saber exactamente que decir.

Suspiró cuando al fin encontró el interruptor, y lo presionó encendiendo la luz. Por un momento tuvo que taparse el rostro porque se había encandilado, luego las retiró al acostumbrarse, nadie nunca le había prevenido de lo que se encontraría en aquella enorme cama.

Un chico muy pequeño para tener diecinueve, muy, muy blanco y de pelo castaño claro, algo largo y despeinado, se frotaba los ojos tratando de acostumbrarse a la luz, tenia un pijama de puntitos verdes y luego simplemente lo miro como sus enormes ojos azules.

—Eres muy grande, bueno, jamás había visto a un chico de mi edad, al único que he visto es al profesor Galaher, y debe tener como sesenta.—sonrió confundido.

Harry estaba boquiabierto, el chico parecía un pequeño muñeco que desborda ternura, y Harry quería abrazarlo.

—Y-yo...bueno...—respiró profundo y miró el suelo sonrojado.—¿Porque no has visto a más chicos, William?—preguntó caminando hacia la silla de un escritorio y se sentó mirando al chico en la cama.

—No me llamo William, bueno si, es mi segundo nombre, pero no me digas así, solo mi mamá me dice así y no me gusta.—explicó jugando con el borde de su pijama.

—Lo siento, ¿como te llamas?

—Louis.—respondió sonriendo.

Y Harry casi pudo jurar que jamás encontraría un nombre tan hermoso.

—Bien, Louis, ¿porqué dices que jamás habías visto a un chico?—volvió a preguntar, y es que Harry jamás se olvidaba de algo que le interesaba.

—No lo sé, tal vez porque jamás he salido de ésta habitación.—se encogió de hombros.

Harry casi se atraganta con su propia saliva.

—¿En serio?—abrió mucho los ojos.—Eso es imposible.—negó con la cabeza.

—Lo juro, la única vez que salí de aquí, fue porque el baño de mi habitación no servía, y mamá me llevó al suyo, pero tuve que salir con un cubre bocas, lentes de sol y ropa que me tapaba por completo, así que casi no vi nada, excepto el baño de mamá, y ahora no lo recuerdo bien, fue hace mucho.—sonrió algo triste.

—Woa...—Harry no supo que decir.—Bueno, yo si he salido, y he viajado mucho...

—¡¿En serio?!—lo interrumpió emocionado.—¿Como es Londres?—preguntó caminado hasta él, bajando de la cama, Harry pudo notar sus medias de gatitos,  y juró morir de ternura.

—Es grande, hay edificios muy grandes por todos lados y muchos autos que hacen mucho ruido.

—¿Que son autos?—preguntó Louis curioso, sentándose en una silla en frente de Harry.

—¿No sabes que son?—Louis negó.—son unas cosas con ruedas y puertas...

—¿ruedas?—frunció el ceño.—¿Que son?

Entonces Harry entendió la inocencia que la señora Tomlinson decía.

—Mejor te muestro una imagen.—hizo sacar el celular pero un grito de Louis lo detuvo.—¿Porqué gritas, Louis?

—¡Mamá dice que la irradiación es mala para mi piel sensible!—exclamó asustado, al borde del llanto.

"Vaya, debe ser muy malo lo que le hace para que esté a punto de llorar" pensó Harry.

—No llores, pequeño, ven aquí.—palmeó su muslo para que Louis se sentara, y este le obedeció dudando.—Tranquilo, pequeño, este es mi trabajo, shh...—lo meció hasta que se calmó.

—Lo siento, Harry, es solo que me da miedo.—Harry asintió comprensivo.

—Descuida.—Louis se levantó y se sentó esta vez más cerca.—¿Entones jamás has visto una flor?

—¿Que es eso?—preguntó en su lugar.

"¡Vaya!, esto será más complicado de lo que pensé" suspiró sonriendo.

¡Hola!, ¿que tal?

Aquí dejo el segundo capítulo.
Todos serán así de cortos, lo siento, si me inspiro, puede que haga uno muy largo, quien sabe.

No se olviden de votar, seria un progreso para mi.

¡Chao!

babexx