Una lágrima bajo por su mejilla.
Sabía que sucedería.
Sabia que lo olvidaría.
Sabia que su empresa era mas importante.
Llevaba dos años en una relación con un hombre mayor.
Lo amaba.
Pero era normal que su pareja tuviera otras prioridades. Por eso nunca le pedía mas.
Nunca le decía que se moría por pasar mas tiempo con el. Que se moría por disfrutar un noviazgo normal, sin esconderse. Mostrarse ante todos pero no podía. No cuando su pareja era mayor por 10 años.
Después de todo el era un joven de 19 años que estaba estudiando administración de empresas y mercadotecnia. No tenia algo estable. No era rico. No tenia nada material que ofrecerle.
Únicamente podía entregarle su corazón y amor, y eso ya se lo había entregado.
Mas lágrimas se unieron.
Jong Woon no llegaría. No lo haría. Después de todo ya habían pasado dos horas de la hora acordada para la cita.
–¡Wookie!
Todo se detuvo ante esa voz. Giro y lo vio.
–Lo siento. Hubo un accidente y había trafico. Trate de llamarte pero no entraba la llamada
A Jong se le estrujó el corazón al ver a su castaño llorar. Se acerco y abrazo a su pareja– Sabes que nunca lo olvidaría.
Ryeo cerro los ojos al sentir como el pelinegro besaba sus párpados.
–No llores amor –le sonrió y le entrego un paquete pequeño- Feliz tercer aniversario
Wook abrió la caja. Su corazón latió rápidamente, y miro al mayor.
–¿Aceptas?
–Oh Woonie ¡Si acepto! –sonrió encantado y abrazo a su novio– Te amo Jong.
Unió sus labios con los de su ahora prometido– Te amo Wookie.
A pesar de todo ¿Estaba bien amarlo? La respuesta era obvia
Claro que si.
