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Jeon Jungkook había tomado un jugo de naranja para beberlo pacíficamente mientras escuchaba los últimos arreglos de su nueva canción. No obstante, la sencilles con la que sonaba el ritmo no lo complacía, y si a él no le complace a nadie más lo hará.

Menos a la persona que está destinada a escuchar aquellas notas a las que tanto le ha puesto empeño.

Cuando se terminó, Jungkook dio un fuerte golpe al escritorio haciendo derramar la bebida que quedaba sobre su teclado.
Enojado, lo llevó a un sitio seco y con una camisa empezó a limpiarlo.
Alguien ha llamado a la puerta pero no tiene tiempo de atender a nadie. Mas bien, él no quiere conversar con nadie hasta no terminar lo que ha empezado.

Al otro lado de la puerta se encuentra Hoseok un poco cansado por no poder hablar con el menor. Hace más de tres días que no hablan. Jungkook se ha vuelto como el mismo chico que no dice y ni se hace notar por nada.

—¿Jungkook? Necesitamos hablar... —Volvió a sonar la puerta. —No has dormido en la habitación, ¿estas descansando?

Jungkook seguía en lo suyo con mas fuerza en las manos, metía sus dedos entre las teclas intentando quitar hasta la mas mínima suciedad.

—Jungkook, no sé que ha pasado entre tu y T/n pero si no lo arreglan ahora, esto podría llegar a oídos ajenos. ¿Eso quieren?
—Esperaba por lo menos una palabra.

No, no es lo que él quería. Nadie sabe lo que él quiere. T/n es lo que quiere. Jungkook trabaja duro para ella, quiere lo mejor.
Sus dedos empezaron a doler, paró enseguida y las observó. Empezó a temblar y lo mejor que pudo hacer fue aventar el teclado a cualquier parte de la habitación.

—¡Hey! —Tocó insistente. —¿Estas bien?

Claro que no. Él no está bien y tampoco lo estará. Al menos no en un futuro cercano.

Bluee.

Si T/N estuviera en Bangtan [2] Where stories live. Discover now