"Prometí odiarte. Odiar tu apellido, tu hogar, tu familia. Prometí vengar a mis padres y a mi ciudad.
Pero te veo, me sonríes, me das tu cariño y eso es la última cosa que quiero hacer, Ángela".
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—¿Han oído eso?— Clint dijo. Ángela y él estaban en la nave. Esperando la orden de Steve para bajar.
—¡Sí!— Steve dijo gritando por el viento al manejar su moto.
—Hay un jet privado despegando. No hay plan de vuelo. Podría ser Ultron. — Nat avisó. Clint y Angela buscaron con la vista un camión que pudiera ser del laboratorio.
—Ahí. Es un camión del laboratorio. Justo encima de ti, Capi. —Clint señaló con su dedo a un camión en la carretera.—Ángel, es hora de saltar. Puedo acabar con el conductor en lo que Ángela baja.
Ángela asintió con la cabeza preparándose para saltar. Era momento de usar las prácticas que había tenido para poder controlar el aire.
—Negativo. Si se estrella, la gema podría acabar con la ciudad. —Steve dijo agitadamente. —Hay que sacar a Ultrón. Ángela, baja ahora.
—Está bien. Ahora bajo. — Suspiró mientras que Clint abría para poder darle paso a saltar. Tomó aire y cruzo los dedos mirando hacia arriba, antes de saltar.—Dios mío, por favor no me hagas perder el control, ¿sí? gracias. —Dijo y escuchó las risas de los demás. Saltó sintiendo como al inicio su cuerpo iba en caída libre, asustándola unos momentos, pero segundos más tarde logró estabilizarse y comenzar a volar en dirección al camión que habían mencionado.
—¡Lo logré! ¡Yay! — Gritó con entusiasmo. —Me estoy acercado, Capitán.— Dijo Angela aterrizando arriba del camión. Más tarde el Capitan hizo lo mismo.
Se quedó arriba viendo cómo Steve se iba a la puerta, pero un rayo salió dentro de la camion, abriendo la puerta bruscamente y haciendo que Steve quedara colgando de ella.
—¡Cuidado, Steve! Agh. Deja lo hago yo.— Dijo rodando los ojos mientras levitaba quedando enfrente de Steve, observando cómo otro laser evitaba que el capitán entrara al camión.
Ángela lanzó un rayo quemando la puerta, al hacerlo, sin querer el capitán volvió a sacudirse colgando de la pierta.
—¿En serio? — Dijo con sarcasmo, a lo que Ángela sólo rio.
—No está muy contento, intentaré que siga así.
—No puedes con el, Cap. Déjaselo a Ángelita. —Clint habló.
—Gracias, Barton.—Steve volvió a decir con sarcasmo.
Angela se adentró en el autobús, dos robots sostenían la cuna. Con sumo cuidado intentó atacarlos, evitando hacer contacto con el arca, no quería que resultara algo peor.
