Keep Loving Me [2JAE]

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No más de cinco pasos dentro de la habitación, JaeBeom terminó por abalanzarse sobre aquel hermoso chico, quizás se le notaba un tanto necesitado, pero así mismo, se podía ver cuánto había extrañado la presencia de YoungJae, el cuanto le afectó no tener a su chico todas esas mañanas despertándolo con palabras dulces o viceversa, sentir como un día agotador era aliviado por aquella preciosa sonrisa. Lo que estaba por presenciar aquella habitación, no sólo se basaría en el salvajismo, sino en lo mucho que se habían extrañado mutuamente, porque a pesar de no estar del todo contento con su mayor, YoungJae aún lo amaba, no era algo que podía ocultar tan fácilmente y mucho menos al tenerlo encima mientras este lo devoraba a besos.

El pequeño castaño soltó un suave gemido al sentir como la mano ajena iba colándose por debajo de la tela que cubría su suave cuerpo, acariciándolo con delicadeza, llevando sus brazos hasta los hombros de JaeBeom recordando lo anchos que estos eran al recorrerlos con sus manos. Una nueva lucha entre ver quien dominaba a quien a través del beso comenzó a la par que comenzaban a despojarse de sus ropas, de nada sirvió la ducha de Jaebeom, sin embargo, aprovecharía aquello concluyendo en una segunda ducha con YoungJae a su lado, era grandioso cuando tomaban duchas juntos pues contrario a lo que muchos creerían, ellos se portaban tan dulces, bañando cada uno a su compañero dejando de lado los deseos carnales qué sentir sus cuerpos mojados podía ocasionar.

Llegaron entre besos y pasos torpes hasta la cama, expresando la necesidad que sentían por tocar al otro sin filtro alguno, JaeBeom se colocó encima de su menor bajando sus besos de a poco hasta llegar a su cuello, lamió, mordió y succionó cuanto quiso dándose cuenta como la temperatura de YoungJae iba subiendo cada vez más al igual que su amiguito de ahí abajo, al darse cuenta de esto llevó su mano hasta la entrepierna ajena haciendo presión en su miembro a través de la ropa generando un fuerte gemido por parte de YoungJae

–¿Qué pasa, Jae?– preguntó con una sonrisa ladina observando sus preciosos gestos, él como jadeaba en busca de aire dejando salir algunos gemidos apenas audibles en el acto, la tela de su pantalón era tan delgada que incluso pudo tomar su miembro brindándole caricias algo bruscas, el menor comenzaba a removerse aún más en cuanto la velocidad aumentaba.

–Bummie~
–¿Qué necesitas, bebé?– sus mejillas estaban alcanzaban un rojo tan intenso que parecía, estas llegarian a estallar. Aunque su torso estuviera desnudo, sus pantalones continuaban en su lugar correspondiente; frustrado, intentó quitarlos, consiguiéndolo con la ayuda de JaeBeom quien también quitó sus bóxers, ansiaba poder ver aquella hermosa figura sin ropa alguna apreciando su blanca piel adornada por unos cuantos lunares aquí y allá. Ahora más que nunca, podía recordar lo hermoso que era todo su ser, por muy salvajes que quisiera volver las cosas, no podía, YoungJae le provocaba querer ser lo más delicado con él, si no fuera por el calor del momento, ni siquiera lo tocaría, pues no merecía ser profanado por nadie y mucho menos por él después de cada llanto que llegó a causarle. La necesidad fue suplantada por dulzura, una gran dulzura. Dejando de lado su necesitado miembro, subió nuevamente a sus labios, besándolos con todo el amor del mundo, de una forma lenta para que así le pudiese quedar claro en que nunca más le fallaría, nunca más lo cambiaria por nadie y mucho menos le permitiría llorar de nuevo.

Se deshizo del resto de su ropa quedando igual que su pequeño, mirándolo directamente a los ojos, le regaló la dormida más sincera existente en él para así besar nuevamente sus labios. Le hubiese encantado entrar de lleno en YoungJae, pero estaba consciente del dolor que le podría provocar luego de no haber tenido relaciones durante un largo periodo, acercó sus dedos hasta la boca contraria y sin necesidad de palabras, el menor tomó de estos lamiéndolos cual paleta, YoungJae también había percatado cómo el ambiente había cambiado y también lo estaba disfrutando como nunca, la calidez llegaba hasta su corazón, recordándole todos esos días donde estuvo con JaeBeom no necesariamente de una forma íntima, simplemente aquellos donde llegaban a salir por un helado o donde se quedaba dormido sobre su pecho ¿por qué habían terminado tan mal entonces?