Capitulo 8

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A la mañana del día siguiente, la noticia de que el príncipe Tetsu había perdido a su bebe llego a todo el palacio y el Segundo palacio, también afuera en la aldea y hasta en el clan luna. El rey Tsubasa, el padre de Tetsu y la reina Mizuki, su madre, fueron al palacio principal a ver a su hijo. Primero fueron al salón principal a saludar al rey como debía ser. El rey Seiya les dijo que el bebe había muerto por cuestión natural. Luego fueron a la habitación donde estaba su hijo. Cuando entraron vieron a su hijo acostado en la cama despierto, no había desayunado, por más que Naoki le insistía en que se apartara de la cama a comer, no quiso y lo dejo ahí. La madre de Tetsu al ver el estado decaído de su hijo en la cama, se apresuro a ir donde le dio un fuerte abrazo y Tetsu abrazo fuerte a su madre y volvió a soltar algunas lagrimas. El rey Tsubasa solo miraba a su hijo sin nada que decir, igual Naoki que se encontraba sentado en un cojín en el suelo.

Un minuto después Naoki se puso de pie y salió de la habitación al igual que el rey Tsubasa, adentro, la madre de Tetsu estaba sentada de rodillas en la cama y su hijo con la cabeza recostada en las piernas de ella mientras su cabello era acariciado por la mano de su madre

Tetsu no vomito más y su estado de salud ya estaba bien pero emocionalmente se sentía mal por la perdida de su hijo

Días pasaron y el príncipe Tetsu seguía decaído, se la pasaba la mayor parte del día acostado en la cama, aunque no quería comer en el desayuno, almuerzo y cena, era obligado a hacerlo. Cuando el y Naoki tenían que comer en el comedor real junto al rey Seiya y la reina Yumiko, ambos se mantenían en silencio, Tetsu no miraba al rey Seiya para nada y no quería hacer reverencia. El príncipe Noaki al darse cuenta de eso, se ponía al lado de su esposo y empujaba su cabeza suavemente para que se reverenciara ante el rey y no fuera castigado o peor, ejecutado.

Ambos príncipes ya no discutían, Tetsu no hablaba casi. Cuando hacia algo que al príncipe Naoki no le parecía bien y le reclamaba, Tetsu solo lo ignoraba. A Naoki no le gustaba ver así a su esposo, preferiría que le hablase, que le insultase de algo o se burlara de el pero este solo se mantenía ahora callado la mayor parte del día

En una reunión que convoco el rey Seiya con los consejeros, el rey Tsubasa y con el príncipe Naoki presente, acordaron que le darían al príncipe Tetsu tres meses para que se recuperara de la muerte de su bebe, para que después volviera a quedar embarazado

- Naoki, cuando pasen esos tres meses, debes dejar embarazo al príncipe Testu – le dijo su padre delante del rey Tusaba que también estuvo de acuerdo con eso

Naoki no dijo nada, se mantenía en silencio en la reunión. Cuando termino, fue el primero en salir de esa sala y fue a su habitación para ver a su esposo que se encontraba sentado en el suelo con la puerta del patio abierta, y el mirando hacia afuera con una mirada perdida, como pensativa. Naoki no iba a decirle lo que acordaron los reyes y los consejeros, por el, dejaría que su esposo tomara todo el tiempo que sea necesario para que se recuperara, sean tres meses o mas tiempo, no le haría caso a su padre, después de todo, por culpa de el, por culpa de su padre y los consejeros, Tetsu estaba en ese estado

Pasaron tres meses y el príncipe Tetsu seguía sintiendo la pérdida de su bebe, ahora comía por su propia voluntad pero no quería hablar con nadie, solo con su madre cuando ella lo visitaba. Poco a poco el príncipe Naoki veía a su esposo con otros ojos, no solo notaba lo hermoso que era Tetsu, si no lo delicado y sensible que puede ser, pensaba que ahora podía comprenderlo un poco más, y sentía que quería acercarse a el de otra manera distinta, su corazón se aceleraba cada vez que este lo sorprendía viéndolo, por las noches, Naoki esperaba que su esposo se quedara dormido para poner su brazo encima de su cuerpo y aspirar su dulce aroma, después dormirse el, lo que hacía que por las mañanas cuando Tetsu estaba a punto de despertarse, Naoki quitara su brazo rápidamente

Mis donceles y yo (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora