Two-Shot

9.7K 527 864
                                    

Toshinori siempre había sido incurablemente romántico durante toda su vida. Amaba las novelas, las películas y libros sobre amor, era un poco extraño, desde niño entendió que a los hombres no solía gustarles mucho este tipo de cosas pero a él, la idea de demostrar cuanto uno amaba a la otra persona le llenaba el corazón.

Incluso ya siendo un hombre hecho y derecho de 46 años seguía amando el sentimiento de amor. No obstante, sus pensamientos a través de los años habían cambiado, y aun siendo un amante de los gestos amorosos, la vida le enseño que no todo eran sonrisas y flores, haciéndole distinguir entre la ficción y la realidad.

No por nada fue reconocido por ser el héroe número uno. O bueno, ex héroe número uno.

Es por eso que cuando se levanto un día con un hilo rojo atado a su dedo meñique no pudo más que parpadear sorprendido, mirándolo entre una mezcla de confusión y escepticismo.

¿Quizás era una broma? Seria raro, siendo sinceros.

Ya que si bien el staff de profesores eran amigables con él, sabia bien que no le tenían esa clase de confianza.

Por supuesto, lo veían como un compañero hasta como un amigo, pero aun así existía esa distancia al verlo como el símbolo de paz, no era gigantesca, pero todavía estaba.

Estaba acostumbrado a que la gente no pudiese soltarse rápidamente con él, temiendo ofenderlo o ser irrespetuosos, de todas formas estaba conforme con su situación actual.

Intento desatar el hilo, mas sus manos no lograban tocarlo.

¿Podría ser un Quirk?

No recordaba realmente haber tenido un acercamiento a nadie por un buen tiempo. Habían sido días tranquilos, sin villanos a los que perseguir o que lo persiguieran, seria raro que le pasase algo.

Intento tocarlo nuevamente, pero antes de que uno de sus dedos lo tocasen, el hilo comenzó a moverse, alargándose.

Lo normal hubiese sido solamente que se estirara y se estirara, hasta que la otra persona del otro lado del hilo dejase de moverse.

Si, eso hubiese sido lo normal.

Lástima que la situación no fuese como la leyenda, ya que llegando a un punto, el hilo comenzó a tirar de Toshinori con fuerza.

"¡Shit!"

Fue lo único que pudo pensar el rubio al estar siendo arrastrado fuera de su cama.

Ese hilo si que tenia fuerza. ¿Cómo iba a parar esto si ni siquiera podía tocarlo?

"God, ¡Para, por favor!"

Exclamo al aire agarrándose de la cama, estando la mitad de su cuerpo ya fuera de su cálido y cómodo colchón.

Y entonces el forcejeo paro y Toshinori no pudo estar más agradecido. No deseaba chocarse contra la puerta de su habitación, muchas gracias.

Tenia que saber la razón por la que eso había aparecido y, aunque una parte de él, desease con todas sus fuerzas que aquel hilo fuese realmente el conector a quien se supone seria su pareja destinada...

No podía, esto no era una novela ni un libro.

Esta era la realidad, un mundo donde la gente nacía con particularidades inimaginables que podían justificar mil y un cosas extrañas que sucediesen.

Además, ya podía preveer las consecuencias de estar literalmente atado a alguien.

Se imaginaba yendo donde Recovery Girl para que lo curase. Teniendo que decirle, o hacerle entender, que se lastimo porque un hilo rojo mágico lo arrastro por toda su casa.

DestinadosWhere stories live. Discover now