El tren.

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Para: AlondraFloresPiedra.

Maldita sea voy tarde.

Algo me decía que no debía  comprar el boleto para el tren tan temprano.

Mientras corro con mi equipaje en manos (que por cierto es demasiado pesado) sigo mi camino.
Salgo de mi pequeño departamento y dejo las llaves en la recepción.

Extrañaré un poco este lugar, he pasado por bastantes cosas aquí y aunque tampoco fue muy favorable mi estancia en él , sé que llegaré a extrañarlo.

Suspiro.
No debo distraerme, ya compré el boleto para mi estancia en el tren durante siete dias.

Tal vez suene que es demasiado tiempo en un tren ( para estos años modernos) pero se han vuelto una gran tendencia los trenes-hotel, son económicos y muy convenientes.

Suelen ser muy cómodos, tienen varios servicios extras y además hacen paradas cada cierto tiempo para que nuestros lobos puedan correr por el bosque o las montañas.

Veo un taxi pasar al mismo tiempo que salgo y hago una señal para que se acerque; el beta toma mis maletas y las mete dentro del auto, me siento , le indico la parada de trenes y me pierdo en mis pensamientos.

Sé que tal vez no debería haber salido en éstas fechas de verano pero, desde hace un tiempo quise viajar en uno de estos trenes, viajar por las zonas montañosas donde el clíma es muy frio y revolcarme en la nieve en mi forma lobuna.

Siento la emoción de mi lobo por ver otra vez la nieve; desde que era un cachorro siempre me ha gustado jugar en la nieve pero dejé de hacerlo hace mucho tiempo, pero ahora que soy libre otra vez podré hacerlo.

Pero aún con toda esta emoción siento que fue mala idea salir, estoy a dos semanas de tener mi celo y me asusta la idea de que se adelante un poco, el olor durante los celos suele atraer a muchos alfas y el mio suele hacerlo con más intensidad debido a mi condición.

Mientras le pago al beta y tomo mis maletas, llega a mí un aroma, tierra mojada y té.  El olor que marcó mi juventud.

Intento localizar el lugar o la persona de la que proviene el olor, pero las personas comienzan a subir al tren y el olor se pierde entre muchos otros.

Subo al tren y entrego mi boleto, un pequeño  me ayuda a cargar con mis maletas y las coloca en el pequeño cuarto exclusivo para éste bagon, que es cercano a mi asiento.

Le doy una pequeña sonrisa y le doy los wons que me había dado el hombre del taxi. Por mi ventana lo veo salir con una gran sonrisa  y observo con amargura cómo le quitan los wons que le dí y reemplaza esa sonrisa suya con una mueca triste.

Aunque sean tiempos modernos, no hemos dejado de ser animales. Quisiera poder hacer algo pero antes de plantearme una idea el tren comienza a moverse.

Intento olvidar lo que pasó mirando los demás hacientos cercanos al mío. Todas las filas de cada columna son muy amplias , un sólo asiento es para una persona pero son amplios como una cama individual cuando se extienden, según la pagina web que visité. Y los espacios entre cada asiento son como de cuatro o cinco metros.

Hay al menos otros diez hacientos delante del mio y otros diez en la columna a mi lado derecho. Estoy en el último asiento de mi columna y en el más grande.

En mi columna  sólo hay un hombre en el quinto asiento y yo. Y de la columna derecha hay tres hombres, uno en el segundo asiento, otro en el sexto asiento, y otro en el noveno.

Por el olor supongo que tres son alfas y uno es un beta. Debo ser bastante precavido, por la semana que pasaré aquí.

Estoy algo cansado por cargar mis maletas asi que cierro los ojos un momento y duermo.


Despierto a las nueve de la mañana, realmente no dormí mucho pero si lo suficiente como para descanzar mi vista, suelto un bostezo , me estiro lo más que puedo en mi lugar y me relajo .

Mi lobo da vueltas en mi interior, gimoteando, ambos extrañamos la nieve pero no suele estar tan inquieto como lo está ahora. No sé que puede estarle pasando.

Un dolor se instala en mi vientre y comienza a intensificarse cada vez más, comienzo a gimotear pidiendo ayuda, me coloco en posición fetal y derramo algunas lagrimas.

Ahora sé por qué mi lobo gimoteaba tanto, estaba advirtiéndome de mi celo.

Derrepente el dolor deja de sentirse tan fuerte y baja su intensidad un poco, durante algunos periodos cortos duele y luego el dolor se va y deja que descanse un poco.

Lo que más me asusta ahora no es el dolor, si no más bien que este bagón está lleno de alfas y no tengo conmigo ningún supresor de olor o algún anticonceptivo.

Me horrorizo ante la idea, tal vez peleen por mí como un trofeo o se turnen para abusar sexualmente de mi.

No, no puedo dejar que eso pase. Protegeré mi castidad ante todo, intento levantarme y no puedo evitar caer un par de veces por el dolor, tengo que salir de aqui, no quiero ser violado por un montón de alfas.

Me sostengo con la pared y comienzo a caminar, el dolor se detiene por al menos cinco segundos pero se convierte en excitación.

Siento cómo el roze de mi cuerpo y la pared con la que me sostengo se hace erótico, siento mi pene erecto atraves de mis pantalones, me remuevo inquieto.

Quiero salir de aquí pero mi cuerpo no me deja, mi entrada comienza a contraerse y mientras me froto contra la pared en busca de liberación, siento la lubricación bajar por mis muslos.

En el tiempo que lucho contra mi cuerpo, volteo y veo que los alfas ya se dieron cuenta de mi olor, me buscan con la mirada y cuando me encuentran comienzan a correr hacia mí.

El alfa de la novena fila llega antes que todos los demás y me sostiene en sus brazos, y gruñe, me refugio en sus fuertes músculos y lo olfateo, su olor me reconforta.

Olfateo disfrutando su olor, es... tierra mojada y té. El olor de la estación!, suelto un gemido y siento salir más lubricante natural de mi entrada.

Los demás alfas están allí, viéndome en silencio, como un cazador mira a su presa, después miran al alfa que está frente a mí.

No sé cómo pero de un momento a otro se ha formado una gran pelea entre todos los que están en el bagón, no puedo intervenir por más que quiera por dos razones:
1* No puedo moverme.
2* Es una pelea de alfas .

Veo que un alfa viejo y algo gordo lastima al chico de piel morena que me protegía, ellos dos eran los únicos que quedaban vivos (por así decirlo) ya que los demás ya estaban tendidos en el suelo.

Se acerca a mí lentamente mirandome con deseo, no quiero que él me tome, la sola idea nos aterroriza a mi lobo y a mí. Con el chico de antes podría dejar que tal vez lo hiciera porque su olor me atraía y es joven pero este alfa sólo querrá utilizarme y tal vez marcarme para atenderlo.

No quiero eso, con las fuerzas que me quedan logro llegar a donde está el chico de piel canela y me aferro a él.

Hay más que sólo deseo detras de la elección que hize, al ir con él y elegirlo es como si él fuese el vencedor de esta pelea.

Como si yo mismo me declarara sólo suyo, serle fiel y sólo escogerlo a él. Le doy una breve mirada al alfa detrás de mi y lo reto con la mirada, mi alfa con un sólo golpe hace que el alfa logre caer en la inconsciencia.

Mi lobo da brincos de gusto en mi interior y se detiene al sentir que el alfa al que escogí desliza su mano dentro de mi sweater rosa.

En el tren.Where stories live. Discover now