Segunda Oportunidad [L.P] [EN EDICIÓN]

Mi pasado en un sueño.

Al llegar a casa de Liam, subimos las escaleras para ir a su habitación.

-Ten - me entregó una camisa junto con un short. Reí ya que sabía que esto me quedaría grande.

-Ocuparé tu baño amor - él asintió y yo fui a cambiarme.

Cuando salí del baño, vi a Liam solamente en bóxers y una camisa para dormir se veía ¡Jodidamente perfecto!

-Te ves muy tierna con mi ropa - él sonrió y le dio un leve golpe a la cama dándome a entender que quería que me acostara a su lado.

Nos acomodamos en la cama, yo a la pared y Liam a la orilla, esta vez dormir con él iba a ser diferente ya que ahora somos novios y no amigos como cuando dormimos en mi casa.

Omnisciente.

Él la miraba esperando a que dijera algo, ella lo miraba solo para contemplarlo. Los ojos de Liam se veían brillantes producto de la luz que había afuera. Quizás él estaba pasado de copas pero estaba consciente de lo que decía, eso era seguro.

-Te quiero - dos palabras que a ella le salían por si solas, porque realmente lo sentía.

-Yo también te quiero - dijo él, mientras que a ella se le formaba una sonrisa, sincera.

Tú.

Liam estaba acercándose lentamente a mí al igual que yo a él, hasta que juntamos nuestros labios en un lindo tierno beso, yo le acariciaba el cabello mientras él tenía su mano en mi brazo deslizándola lentamente hasta que llegó a mi espalda, el beso se volvía intenso hasta que nos separamos.

-Buenas noches amor - sonrió él.

-Descansa - él me besó la frente y nos acomodamos para dormir.

Estaba en un patio, lo examiné y vi a varios niños pequeños jugando, hasta que me percaté de una niña que corría mientras dos niños la perseguían decidí seguirla hasta que pude ver bien a la niña, ella tenía el cabello castaño, se veía asustada, los dos niños empezaron a acercarse a ella, ella no sabía que hacer había corrido lo que pudo pero sus pulmones no le dieron para más. Los niños le empezaron a dar besos, a tocarla ella no sabía que hacer, me acerqué más y ahí me paralicé. Era yo pero más pequeña, examiné mejor el lugar y era mi antigua escuela de niña.

Ahora estaba en otro lugar, esperen era mi antigua escuela de mi país. Esta vez me volví a ver a mi misma, corriendo, jugando con sus compañeros de clase, me acerqué hacia donde mi otro yo estaba y no estaba sola sino con un chico.

-Gorda - le decía él. No podía verle el rostro.

Después me volví a ver en el pasillo de mi escuela.

-Gorda - le decía él mismo chico otra vez.

-Eres fea - le decía otro chico.

-Mírate, nadie te va a querer en la vida gorda - y así seguían los insultos.

Ahora recordé todo, esa niña era yo pero cuando era más pequeña. Nunca le dije a mis madre ya que con mi padre no vivía. Lo que pasé a esa edad no fue tan grave al menos para mí.

No tenía la edad suficiente para saber si eso era bueno o no, pero cuando me decían "gorda" mi sonrisa desaparecía todo el día y cuando llegaba a la casa lloraba. Ya cuando cumplí los diez en adelante supe que eso estaba mal.

Liam.

Escuchaba a alguien llorar, la cabeza me dolía demasiado pero el llanto no paraba. Hasta que escuché un grito y ahí fue cuando abrí los ojos de golpe, miré a ____ y era ella la que lloraba.