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Tres. Agonizantes. Horas.

Tres cafés, dos cocacolas y un Nestea después.

Dos tartas de Gofre, dos platos de churros y una tarta de queso después.

Quince besos de por medio.

Una proposición que acabó en un "Sí".

Todos aplaudiendo.

Cuando yo me le declaré a Suna, me tuvieron que echar del bar en el que estabamos por asquerosa.

Cuando me le declaré a Nala me friendzonearon.

Cuando me le declaré a Duyeon, ni eso. Si hubiese sido por WhatsAap, me habría dejado en visto.

Y Hyeonji se me declaró a mi.

Nada me salía bien, por lo visto.

Lo que más me dolía no era eso. Era que Nala ya no confiaba en mi.

Nunca me contó sobre alguien.

Y era estúpido eso de "Es que es una chica y tal" porque ¿Hola? Llevaba un cartel de neón luminiscente en la cabeza que decía "Lesbiana".

Os contaré una anécdota.

Cuando estabamos en el instituto, yo no fui a una excursión a la que todo el curso iba. Entonces, al volver mis amigas me dijeron que mientras comían en el hostal en el que estaban, mi vecino se les había acercado para preguntar si era lesbiana.

Según él, porque se me notaba.

¿Por qué se me notaba? Ah, porque tenía las puntas teñidas de rosa.

Y ¿Adivinad qué? Exacto, ahora lo tengo entero teñido de azul, porque ¿Por qué no?

Cuando las dos se fueron, Nala ni siquiera me miró.

Andrés.Where stories live. Discover now