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Me encontraba llendo de camino a casa  en la bicicleta que mis padres me habían regalo por mi cumpleaños, después de un día tan agotador en el trabajo solo necesitaba llegar a mi casa, tirarme en mi cuarto y dormir una siesta.

Estaba en un semáforo en rojo, la señal estaba más que clara, solo veía los carros del otro cruce pasando. El semáforo cambio a verde y era turno de mi cruce para pasar, al momento de avanzar un carro se cruzo pasándose el rojo. Lo único que recuerdo es que estaba tirado en la calle y con personas a mi alrededor.

Cuándo desperté me encontraba en el hospital, en una habitación de paredes blancas con un poco de azul en ellas. Me dolía todo el cuerpo y no sabía cuanto tiempo llevaba ahí hasta que alguien me saco de mis pensamientos.

-Por fin despiertas- lo observe bien, no lo conocía y no sabía que hacía ahí.

-¿Quién eres?-mi voz salio más tosca de lo que quería.

-¿Puedes verme?-  me miro incrédulo, y a este que le pasa.

-¿Porqué no podría?- puse mis ojos en blanco.

-Oh por dios, puedes verme, al fin alguien que puede verme, pensé que este día nunca llegaría- chillo emocionado.

-Pero no me has dicho aún ¿quien eres?- volví a preguntar serio.

-Oh lo siento, mis modales, me llamo Royer Adams, mucho gusto- me dio una sonrisa.

-Yo no te conozco- le devolví la mirada.

-Lo sé Eithan, pero yo a ti si- me volvió a sonreír.

-¿Cómo sabes mi nombre?- me le quede viendo raro.

-Te dije que yo a ti te conozco- okey eso no me estaba gustando.

-Se podría saber ¿de dónde?- estaba más que asustado y confundido.

-Es una larga historia y creo que no lo entenderás, pero necesito que me ayudes- me miro con cierta tristeza en sus ojos.

-Osea vienes a mi habitación sin conocerte, actúas extraño y me pides que te ayude ¿estás bien?- me encontraba muy extrañado.

-Si súper bien, pero por favor necesito que me ayudes- junto sus manos en forma de suplica.

-¿A qué cosa?- estaba dudando en aceptar, pero primero debería saber a que me enfrentaría.

-Vas a hacer que mi ex novia sepa que nunca quise lastimarla y por favor, quiero que la ayudes a que encuentre a alguien más y que se olvide de mi- me explico con la cabeza agachada.

-¿Y porqué no vas a decírselo tú?- ósea este tipo si que esta loco, me manda a mi a solucionar sus problemas de amor.

-Si tan siquiera pudiera lo haría, pero no puedo- seguía con la cabeza agachada.

-¿Porqué no puedes?- este tipo y sus misterios.

-Pues por qué soy un fantasma- alzo la cabeza para decirme aquello. Mi rostro se puso pálido, este tipo si que estaba más que loco.

-Es bromo ¿verdad?- solté una risa.

-No lo es- me miro serió. -Hace más de 6 meses que estoy muerto y pues no me he podido ir por que alguien me retiene y creo que es ella- me explico muy rápido que casi no entendí.

-Haber si entiendo ¿vienes a mi por que estas muerto y quieres que yo te ayude a que tu ex te perdone y se olvide de ti para que tu puedas descansar?- estaba a punto de hablarle a un doctor para que se lo llevara al manicomio.

-Eso mismo, pero necesito tu ayuda- volvió a juntar las manos.

-¿Cómo se llama tú ex novia?- quería saber que tan buenos gustos tenía.

-Se llama Emily  Miller ,tiene 17 años, es de estatura promedio, piel blanca, cabello castaño claro y ojos verdes- mientras la describía sonreía como estúpido. Y yo y mi cara de perplejidad que poseía.

Este tipo me estaba jodiendo, acaso él era ex novio de la mismísima Emily Miller, la chica que iba a su misma escuela, la que no tenía mucho que había ingresado y era la chica más popular por su belleza.

-¿Estamos hablando de la misma Emily?- fue lo único que me salio.

-Creo que si, ahora va a la escuela BUNIN, se cambio después de mi muerte- y claro yo estaba más que sorprendido, si era la misma Emily.

-E..esa es l..a es..escuela a la q..que yo a..asisto- me encontraba en shock, no podría ser más que coincidencia.

-Si ya lo se, por eso te estoy pidiendo ese favor- ahora fue el quien rodó los ojos.

-Pe..pero yo- no sabía que decir.

-Por favor tienes  que  ayudarme- me miro con suplica.

-Pero es Emily  Miller ¿cómo le voy a hacer para acercarme?- le pregunte nervioso.

-Yo te ayudare a que te le acerques, pero tú me tienes que ayudar a mi- me sonrio.- ¿Tenemos un trato?- me extendió la mano.

-Esta bien, tenemos un trato- vi como se le dibujaba una gran sonrisa, le quise agarrar la mano para sellar el trato, pero no pude. Solo esperaba no equivocarme.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2019 ⏰

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