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El fin de semana había llegado, Jaebum estaba emocionado, por fin había podido conseguir una cita con el chico que estuvo siguiendo por meses y semanas antes pudo por fin hablarle.
Sabía las cosas que a Youngjae no le gustaba si fuera a una cita. ¿Cómo lo supo? El menor hizo una encuesta muy famosa en Twitter y el por casualidad lo había visto y anotado algunas cosas.
Sabía que no quería nada romántico, según él detestaba esas cosas, así que decidió llevarlo a comer unas pizzas cerca de su casa. Sabía que el menor se merecía algo mucho mejor, pero Jaebum no quería la típica cita de ir al cine. En ella solo verían una enorme pantalla y no podría hablar para nada y esa idea me le agradaba mucho.
Sabía que la pasarían bien, además no irían ellos dos, estarían con los amigos del menor. Les había dicho anteriormente que no fueran muy arreglados, a la casa de comida que iban era un lugar más familiar y de amigos.
Ya se acercaba la hora de ir a buscar a Youngjae y a Yugyeom, porque él era el único que tenía coche y lo tomaron como chófer, así que decidió salir un poco más temprano y tal vez pasear un poco a solas con el menor.
Pero sus planes no salieron como quisieron.
—Hey Jaebum, llegaste temprano un punto a favor.
El mostaza, amigo de Youngjae le abrió la puerta de la casa del menor, JaeBum no se esperaba eso si no a su adorable YoungJae ahí parado. Su sonrisa cayó por una segundo.
—¿Yugyeom, él ya llegó?
Del brazo de su amigo apreció la cabeza de Youngjae. Este lo miró y le dio una hermosa sonrisa para después salir por completo de atrás del más grande Jaebum pudo verlo de cuerpo completo. Llevaba una camiseta a rayas y unos pantalones negros. Se veía sumamente adorable y exquisito.
—Te cojo.
—¿Qué dijiste? - Yugyeom le miró con cara de pocos amigos y Youngjae confundido.
—Que me pica el ojo. —se empezó a rascar el ojo derecho y reprocharse internamente por haber pensado de esa forma y decirlo en voz alta. Juraba que si las miradas mataran el estaría mil metros bajo tierra por Yugyeom. Sabía que él lo había escuchado y Youngjae por suerte no. —Hola Youngjae, ¿están listos?
—Sí, déjame ir a buscar a mi Kunpimook, ustedes suban mientras al coche y no hagan nada raro.
Lo último lo dijo mirando a Jaebum y este solo le sonrió, Youngjae salió y de acercó a él.
—Te ves bien.
—Yo tendría que decir eso, te ves hermoso.
—Yaa, no es para tanto.
Youngjae le dio un golpe despacio en el brazo mientras reía avergonzado. No podía negarse sentirse nervioso por lo que el mayor le decía sabiendo que gustaba de él.
