simplemente danna (ostracismo)

Parte 1 Sin Título

La poca luz que ofrecia la televisión encendida de la sala de un programa infantil micky mouse imitando a alguien de manera ridicula, puedo apenas fijarme en el rostro del hombre que estoy apuntándo con el arma, con mi pie sobre su pecho haciendo presión para inmobilizarlo, el llorando pidiéndome que no lo mate, mi corazón por dentro se me encoge pero mi rostro sigue duro como el de una piedra.

Por favor, pagare solo necesito mas tiempo –dijo el hombre suplicando.

Tuviste tu tiempo cada segundo fue una oportunidad, no hay nada que yo pueda hacer, además tengo ordenes de matar a tus hijos considerate afortunado de que no lo hago–le respondo al hombre intentando darle un poco de consuelo, pero sin mostrar ni una pisca de debilidad, al menos que considere que Su vida no valia nada pero la de sus hijos mucho, ellos podían tener un mejor futuro .

Dispare el arma justamente en la cabeza la sangre empezó a brotar y rápidamente me vi envuelta en un charco de sangre, la mujer y los hijos del hombre me miraron escondidos tras un armario de madera, camine hasta ellos la madre los tenia abrazados a ambos hijos cubriéndolos y diciéndoles que todo estaría bien . Me congele en ese instante, esos niños no debían ver a su padre morir, pero tampoco debían morir.

Tengo ordenes de acabar con todos -dije friamente apuntadolos con la misma arma con la que ya había matado al hombre, pero en vez de disparar el arma meti la mano en mi blosillo y saque lo poco de dinero que cargaba a lo sumo seria unos 500 dolares lo arroge al piso. Lo cierto que tenia ordenes de matarlos a ellos y dejar al hombre con vida, pero simplemente las cosas nunca salen como ellos me dicen y nadie se atreve a cuestionar mi trabajo, soy letal –vayanse lo mas lejos que pueda, olviden lo que paso aquí y sigan con su vida –dije dirigiéndome a la ventana para salatar a la terraza del otro edificio cercano pero de menos nivel que en el que estaba. Salto y apenas mis zapatos golpean el suelo corro a las escaleras de emergencia bajo sin importarme las cámaras de seguridad ya que llevo mi cabeza cubierta con un gorro y en mi rostro una gafas anchas y oscuras, antes de abandonar el edificio vigilo que no este nadie cerca y viceversa me aseguro que no hay nadie y salgo del edificio.

Camino tres cuadras, hasta llegar justo a la estación de policía donde había dejado la moto parqueada.

Llego al cuarto improvisado del edificio viejo donde ya tengo seis meses viviendo me urge un baño siempre que hago lo que hice hoy, matar, pero antes de bañarme marco el numero de Jesse.

todo listo –digo al instante que escucho la respiración en el teléfono

–matastes a todos –pregunto Jesse

–no –respondí inmediatamente –no, estaba nadie mas que el

–si mal no recuerdo tenias ordenes diferentes –dijo jesse

–según se, es mi trabajo y lo hago de la mejor manera, bien pueden cambiarme si gustan –dicho esto finalize la llamada.

Tome el baño ya planeado busque algo de ropa, pues siempre me mantengo alerta uno nunca sabe lo que puede pasar.

Ver a mi padre apoyado en una mesa de madera de forma ovalada ubicada a unos dos metros del extremo derecho de la puerta principal una casa sencilla pero muy, muy amplia donde crecí con su cara, manos, brazos y su camiseta manchadas de diferente colores que bien parecería que el arcoíris naciera de él me paraba a un extremo observándolo atentamente como lo más bello del mundo que es esperando captar su atención. Para cuando al fin notaba mi presencia se acercaba a mí con una sonrisa en su cara.

Oh¡ Ven aquí pequeña quieres ver lo que hace papa – decía mientras flexionaba sus largas piernas para poder levantarme me daba un beso en la frente, me acercaba a su pecho envolviendo mi pequeño y frágil cuerpo en sus fuertes y protectores brazos y esa sensación de seguridad que hacía que todo fuera bueno y perfecto.