¿Quién no se ha enamorado alguna vez de una persona con tan solo verla en el bus?. Con tan solo mirar su presencia o incluso tratas de iniciar una conversación solo para acercarte un poco. . . O incluso iniciar una amistad.
Si, el amor funciona de f...
Los días seguían pasando para Yugi, los minutos para Yami las semanas, y ambos escuchaban voces en sus cabezas queriendo decir algo. O más bien gritando.
"Atrevete... ¡atrevete!... ¡¡atrevete!!".
Decididos, ambos tricolores se sentaron a lado de los chicos que amaban, pero ahora... ¿Qué debían hacer?, no tenían ni quiera un simple plan.
Las palabras son las mas importantes para iniciar una conversación amigable, la cual Yami hizo con Joey, el rubio pensó que debía huir pero, pobre chico. En ese momento que el necesitaba un amigo así que aceptó con gusto aquella conversación haciendo que el tricolor mayor sentirse aliviado y emocionado, sin duda esto ha funcionando.
Aunque a Yugi...
Tan solo se había sentado junto al castaño sin saber que decir, así que optó por hacer una conversación de conquista, así lo había leído en revistas.
-¡¡Pepinillos!!- gritó.
Sí, pe-pi-ni-llos.
¿Qué clase de revistas lee Yugi sobre la conquista?. Seto sólo volteó a mirarlo extrañado, pensaba que aquel pequeño estaba loco fueran más frecuentes.
-¿Pepinillos?- preguntó confundido.
-Ah, si. Es que tengo un sándwich y tiene pepinillos, ¿Quieres?... -.
Propuso nervioso, incluso en el fondo Yugi sabía que lo que hizo fue estúpido y no sabe por qué lo hizo. Seto sonrió.
-No, no me gustan los pepinillos.
Respondió y volvió su vista a la ventana, en ese momento Yugi, solo podía pensar en su linda sonrisa. Tomó a los "pepinillos" como una señal del destino, estaban hechos el uno para el otro fue lo que pensó Yugi.
Sin duda sí estaba loco.
Ahora que estaban mas "cerca", comenzó a buscar más pistas, algo que tuvieran en común para seguir con la conversación, no iba a retractarse ya que había llegado muy lejos.
Su mirada se detuvo en una caja de madera que tenía el castaño en las manos, analizó y al darse cuenta que era no pudo evitar casi gritar de la emoción.
-¿¡A ti también te gusta Duelo de Monstruos?!-.
Preguntó intentado disimular su emoción, Seto se confundió un poco por la pregunta hasta que se percató que su mirada se había fijado en la caja, entendió la emoción.
-Sí, de hecho, este es un regalo para mi hermano.
-¿Tu tienes un hermano?.
-Sí.
- Yo también tengo un hermano.
Aún que, fuera mentira, hay que hacer todo para llamar la atención del castaño.
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