Primera reflexión: la juventud chilena

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Hay una frase muy famosa, de un Presidente que se le quiere y se le odia "Ser jóven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica".

Cuando uno es joven, está lleno de sueños, de querer cambiar el mundo a base de la paz o de la violencia. Los estudiantes marchan por remover el status quo, por la gratuidad de los beneficios sociales, los derechos para ellos son esenciales, no así los deberes.

Esta generación cree que vive en un constante estado represor, asimilando al ya finalizado régimen militar de la junta, creyendo que las fuerzas de orden son el enemigo por naturaleza y que debe ser destruido a base de la revolución. Para el joven, no basta cuanto pueden darte, por que su naturaleza es como el agua para el organismo, insaciable a más no poder.

En este siglo XXI, este 2018, los cuales las ideas del progresismo se han hecho fuertes  es donde comienza mi análisis, mi opinión sobre la sociedad y la juventud. La ideologización y el modo de pensar solo por que uno es joven debe estar ligado a las masas igualitarias para lograr el fin del cambio del status quo.

Ahora es cuando comienza el proceso deconstructivo en pos de una igualdad, donde han creado una serie de códigos para que haya más justicia. El lenguaje inclusivo partiendo por lo más sencillo, pero que ha demostrado ser el rostro de movimientos como el feminismo moderno.    cambiando las letras de palabras y el ejemplo más claro, es la palabra "todes".
        Las mal llamadas mayorías sociales han ejercido una especie de rol mesiánico, se han creído los revolucionarios que necesita nuestro país para poder mejorarlo, sin siquiera consultar a las verdaderas mayorías que se encuentran en Chile. El auge de las ideas del neo comunismo que baña a los chicos, los hace creer que todo está permitido, destruir, deconstruir, impedir el estado de derecho y muchas otras cosas.

No saben de la palabra orden, ni de la palabra deber, ya que para ellos solo el derecho es el que cuenta, el resto es solamente basura. Atacar liceos, tratar de quemar policías con molotov, impedir que docentes puedan realizar clases con normalidad son el pan de cada día en el centro de nuestra capital. Pero la ley ampara al estudiante y desprotege a los que han tratado de mantener la seguridad. Los civiles pagan justos por pecadores, ya que en las mal llamadas marchas, los destrozos a base de piedras, molotov, el gas, el carro lanza agua, la gente y los bienes públicos son los que se llevan la peor parte.

La realidad juvenil se ha tornado cada vez más violenta, sin respeto por tus pares, totalitarios, fascistas con sus ideas que desean imponer por la razón o la espada. Esta sociedad es la que gobiernos anteriores han permitido, donde nunca primó tener  valor para hacer lo que es correcto, el orden y la seguridad, después el derecho y por último nuestra libertad.

Ahora llamo a reflexionar. ¿Dónde se ha quedado nuestra libertad? ¿Nuestra libertad ha terminado donde ha comenzado la de tus pares? Esa es la verdadera cuestión donde debemos realmente reflexionar respecto a la juventud chilena, que por estos días, su camino, es el camino de un potente fascismo progresista. 

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⏰ Last updated: Dec 12, 2018 ⏰

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