One Shots de Superheores

Bucky

Hacia 5 años que habías llegado a la Torre de los Vengadores, en un principio solo realizabas una pasantía en Medicina junto al Dr. Banner, los meses rápidamente se convirtieron en años, y de un día para otro ya no sólo eras la estudiante de Medicina, pronto te convertiste en la amiga de Natasha y finalmente comenzaste a entrenar con ella, poco a poco todos se dieron cuenta de la habilidad que tenias, no sólo eras inteligente, también eras buena pateando traseros como solía decir Tony, el tiempo fue pasando y comenzabas a ir a las misiones, además tus conocimientos en Medicina servían cuando alguno resultaba herido.
Wanda y tu eran prácticamente hermanas, ella te contaba acerca de sus sentimientos hacia Vis, tú tratabas de darle buenos consejos pero no eras la mejor en eso, la mayoría de tus relaciones habían acabado mal. Su hermano Pietro siempre te hacía reír, intentaron estar juntos por un tiempo pero eso no funcionó, su relación termino bien, ahora solo eran grandes amigos y él siempre intentaba buscarte pareja.
Clint y Tony era demasiado protectores contigo, como si fueran tus hermanos mayores, no les gustaba mucho cuando ibas a misiones y ambos preferían que te quedaras en el laboratorio a que arriesgaras tu vida.
Con Steve las cosas habían empezado mal, él consideraba que tú eras muy pequeña para pertenecer al grupo y usualmente solía dejarte de lado. Tras una batalla en San Francisco, tú fuiste quien ayudó a Steve a salir de ahí y posteriormente lo atendiste por las heridas que había sufrido, a partir de ese día comenzaron a hablar más y se volvieron grandes amigos, el descubrió que toda tu familia era militar, tú jamás le habías dicho nada a nadie, pero tanto tu hermano como tú eran médicos militares, la milicia había pagado su carrera y siempre le estarían agradecidos. Él te apoyo cuando tu hermano murió en servicio.

A los 3 años de haber llegado ahí, Bucky también regreso, había pasado los últimos años en Wakanda y habían logrado ayudarlo a superar su pasado, sin embargo seguía siendo distante con todos, excepto con Steve. Ustedes dos poco a poco comenzaron a hablar y lograron entrar en confianza, entrenaban juntos y tú solías cocinarle su comida favorita. Tras una misión el resultó gravemente herido, tú estabas en el laboratorio cuando todos entraron corriendo llevando consigo a un inconsciente Bucky, tú  y Banner hicieron todo lo posible, curaron sus heridas y ahora solo esperaban a que el despertara.
-Buck, debes despertar. Si no es por Steve, hazlo por mí. Te necesito conmigo- susurraste en su oído. Se había cumplido 1 semana desde la misión. Cuando Bucky despertó lo primero que hizo fue preguntar por ti, y al verte simplemente te beso, ahí fue el inicio de su historia.
Ya tenían 2 años de relación, hasta la fecha él y tú nunca habían intimado, y nunca dormían en la misma habitación, él seguía teniendo miedo a lastimarte y tú respetabas su decisión, últimamente él parecía que no dormía bien, se le veían ojeras y parecía de mal humor siempre, esa noche las chicas y tú habían realizado una pijamada en la habitación de Nat que se encontraba a lado de la de Bucky, a media noche algunos quejidos se escucharon a través de las paredes, te diste cuenta que se trataba de Bucky, los quejidos fueron sustituidos por lo que parecían sollozos así que entraste en la habitación, todo estaba oscuro, tus ojos se acostumbraron a ese color, no había nadie en la cama. Una figura estaba parada cerca de la ventana mirando hacia el cielo, leves temblores eran perceptibles en su cuerpo, poco a poco fuiste acercándote a él.
-Vete por favor, no quiero hacerte daño- dijo en un débil susurro sin voltear a verte
-Jamás me harás daño, Buck- lo rodeaste con tus brazos, acariciaste su espalda para tranquilizarlo, él se dio la vuelta, sus ojos azules demostraban tristeza y por sus mejillas corrían algunas lágrimas, jamás lo habías visto llorar y eso te partía el alma
-Los vi de nuevo, a todos los que mate. Soy un monstruo- limpiaste sus lágrimas y solo lo abrazaste
-No lo eres, y siempre estaré a tu lado- ambos se dirigieron a la cama, acariciabas lentamente su dorso, hasta que se quedo dormido, y minutos después también cerraste los ojos. Ese fue la primera noche que pasaron juntos y desde ese momento ustedes se volvieron inseparables.