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Después de dar un repentino salto en el aire, Kihyun y Minhyuk se encontraban una vez más en el automóvil donde se estaban por estacionar en una parte de la ciudad de Busan (Gyeongsang).
—Hemos llegado. —anuncio Kihyun— Bien, ya puedes bajarte.
—Vaya, estoy sorprendido —dijo mientras divisaba una casa hermosa y grande— ¿Aq-Aquí vives? ¿Es tu casa?
Kihyun asintió con la cabeza sonriéndole al rubio.
—Entremos, ah y, por cierto, vivo solo sin el cuidado de mis padres.
—Eso no importa, yo vivo con mi padre en Seúl, es un pequeño departamento y aun así estoy cómodo en compartirlo.
—Ok, ok ven y entra.
Al entrar a la estancia de Kihyun, el mayor divisaba cada rastro y habitación de la mansión, realmente Kihyun tenía una excelente vida con lujo y sin la necedad de sentirse frustrado, pero a pesar de tenerlo todo, para este se le hacía difícil tener una vida con mentiras por parte de las personas que lo conocían, en especial su carácter que era lo que alejaba a los demás; Minhyuk lo miró y no pudo evitar notarlo, el menor sufría en silencio mientras vivía desolado.
—Puedes dejar tus cosas donde quieras. —dijo Kihyun, se encamino a la cocina a traer bebidas.
Minhyuk se quito su mochila y su carpeta rosada, luego siguió a Kihyun a la cocina.
—¿Te gusta el té verde? —preguntó el pelirrojo.
Minhyuk sonrió moviendo la cabeza de arriba-abajo. —Me encanta —respondió.
—Aquí tienes. —le dijo dándole el vaso lleno de té verde frio— Hace calor.
—Cierto...
Minhyuk y Kihyun bebieron un sorbo de té a la par evitando contacto con los ojos. Solamente el ligero ruido del mar y de sus tragos que pasaban a través de sus gargantas, era lo único que interrumpía el silencio incómodo.
«Es muy extraño, que me haya quedado sin palabras. Yo, el Lee Minhyuk parlanchín, ¿me he quede en blanco?» pensó todavía bebiendo el té.
«Pero que pésima idea traerlo a mi casa, debí crear un Plan B» pensó Kihyun a punto de terminarse su bebida.
Ambos chicos dejaron sobre la mesa de cristal, los vasos ahora vacíos.
—Debe ser muy hermoso escuchar el mar día y noche. —dijo Minhyuk relamiendo sus labios.
—Ah, sí. Aunque la mayor parte de mi tiempo no suelo estar en casa.
