O5; SKYLINE PARK

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ERA EL turno de Tom de escoger un lugar y lo había pensado por un buen rato

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ERA EL turno de Tom de escoger un lugar y lo había pensado por un buen rato. Quería algo divertido, y aunque tal vez nunca lo admitiría en voz alta, quería algo que impresionara a Angela, y algo le decía que era difícil de impresionar. Con lo rara que era, eso no era una sorpresa.

Cuando llegaron al lugar, Angela sí que pareció impresionada.

—Wow —fue todo lo que dijo, admirando el lugar. En el Ponce City Market, un centro comercial, había una pista de hielo en el techo. Desde esa altura podías ver toda Atlanta. Tom la había citado en la tarde temprana, buscando ver el atardecer desde ahí.

En retrospectiva, Tom debió de ver las señales, pero confundió todo con que Angela estaba impresionada. Su nerviosismo al ponerse los patines alquilados, cómo no dejaba de ver la puerta como si quisiera huir en cuanto Tom se distrajera, cómo tenía el tic nervioso de poner su cabello detrás de sus orejas, viendo todo a su alrededor.

Cuando entraron a la pista, Tom fue el primero en salir, patinando casi hasta el otro extremo hasta que se dio cuenta de que Angela no lo seguía. Se dio la vuelta, confundido, y la vio parada en la entrada, aferrada a la puerta.

Inmediatamente, Tom patinó hacia ella. Angela tenía la cabeza agachada, evitando su mirada.

—Angela, sabes patinar, ¿cierto?

Angela alzó la mirada, volteándolo a ver.

—Claro que sé patinar —dijo, casi ofendida. Pausó, admitiendo en voz baja—: Solo que nunca lo he hecho.

—No es tan difícil —dijo Tom, tratando de animarla. Dio unos pasos hacia atrás—. Ven, trata de patinar hacia mí.

Angela bufó, dudando por un instante, viendo a Tom, a la distancia entre ellos y a la seguridad de la barda a la cual se aferraba. Finalmente tomó aire, e intentó patinar hacia Tom, solo que al ponerse de pie dejando de sostenerse de la barda, se cayó de sentón.

Tom inmediatamente cruzó la distancia entre ellos, ofreciéndole la mano.

—Podemos ir a otro lado si quieres —ofreció, sintiéndose culpable. No se le había pasado por la cabeza que tal vez Angela no supiera patinar.

—Solo es cuestión de acostumbrarme —respondió Angela—. ¿Por qué no vas tu a patinar por ahí y yo te alcanzo después?

—¿En serio? Porque vi un mini golf allá afuera...

—Tom, ve —lo interrumpió Angela, sonriéndole segura—. Solo ocupo un poco de tiempo. Ve a divertirte.

Tom estuvo patinando por un par de minutos, haciendo volteretas y movimientos inspirados en lo que había aprendido cuando practicaba gimnasia, pero no conseguía pasar un buen rato. Suspirando, buscó a Angela con la mirada, solo para encontrarla en unas bancas afuera en el borde de la pista, con el celular en las manos.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2018 ⏰

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