•6•

2.5K 395 27
                                    

— Lo sé y estoy seguro—su rostro se suavizó y esa misma sonrisa del bosque, esa sonrisa que mostraba más tristeza que las lágrimas mismas—Lo sé porque me suicide.

— ¿Por qué? —me atreví a preguntar, suicidio, eso que muchas hadas han hecho, por el simple hecho de que la eternidad es abrumadora pero un humano apenas llega a experimentar el acto de vivir, ¿Por qué este chico? ¿Por qué lo intentaría? Con esa sonrisa risueña tan decaída, con esos ojos tan llenos de luz pero al mismo tiempo tan carentes de vida.

—No podía seguir con vida, era un niño muy enfermo—dijo, y pude escuchar los latidos pausados de su corazón, lentos como siempre, parecía que nada lograba sorprenderlo.

— ¿Esa es tu razón?

—No, esa es mi excusa, nadie necesita razones para morir—me miraba seriamente, una sus manos seguía aferrada a mi abrigo.

—Explícame, ¿qué vanidad humana es esa?—mi ceño estaba fruncido, no está molesto solo no lograba comprenderlo, como podía su corazón latir con tanta calma.


Todo esto me recordaba a la primavera, caliente y fresco; el aire bailando a mi alrededor y los olores fuertes me hacían sentir perdido ¿así me sentía? pero no había razón para sentirme así a su alrededor.

—No es una vanidad, no se necesitan razones para morir, se necesitan razones para vivir y nunca las tuve, en cambio encontré miles de excusas para morir—dijo con tranquilidad palpable en su voz suave.

—No comprendo a los humanos—dije girándome para poner mi vista sobre el bosque, jamás admitiría la neblina que sus palabras formaban en mi cerebro, todas las cosas que quería cuestionar, preguntar y decir.

—No soy humano después de todo—dijo en voz baja.

Avanzamos por el bosque sin decir una palabra más, no cuestioné que no soltara mi abrigo pues esta era una manera de caminar más rápido, él era torpe y pequeño, yo apenas pasaba de el por unos centímetros pero tantos años me hicieron ágil hasta en la forma de caminar.

A lo lejos escuché el movimiento de unas alas romper en el viento invernal y supe que estábamos cerca.

Al llegar al claro cubierto de nieve, la piel de JiMin estaba pálida debido al frío pero sus labios y mejillas volvieron al suave tono escarlata, vi un par de alas descender con elegancia sobre el suelo y el chico con el torso desnudo y una gran sonrisa se acercó a nosotros manteniendo el par de alas negras en su espalda lo suficientemente alzadas para que sus plumas no tocaran la capa de nieve sobre la tierra.

— ¿A qué se debe tal visita? —hizo una reverencia pero después de ver a JiMin su rostro se contorsionó para dejar una muestra de curiosidad.

—Necesito que hagas algo por mi hoy—dije sin prestarle atención, igual preguntaría.

— ¿Quién es él? —dijo moviéndose con demasiada rapidez para observar a JiMin quien se escondía detrás de mí.

—Es alguien que está perdido, no recordara nada para cuando este en el camino correcto, ahora préstame atención ¿acaso es más interesante este humano que yo? —pregunté con seriedad.

—No por supuesto—dijo alejándose de JiMin para estar frente a mí de nuevo— ¿Qué puedo hacer por usted? —preguntó, sus alas se alzaron un poco más sobre su espalda expandiendo se para dejar ver todo su esplendor, negro con destellos azules en las puntas de sus plumas, majestuosas.

—Ve por SeokJin y NamJoon, envíale un mensaje a HoSeok de que los quiero aquí a él y a su amante antes de que terminen tres días.

— ¿Por qué reunirás a los cinco? —preguntó confundido.

—Nos reuniremos los seis, este asunto no tiene nada que ver contigo pero te quiero presente—suavice mi expresión un poco, él era demasiado joven pero aún tenía mucho que aprender.

—Supongo que me explicaras cuando vuelva—era un pedido in-explícito pero solo atiné a asentir con la cabeza.

El asintió sin decir más y sus alas se desplegaron para correr un poco a lo largo de la vereda y despegar en vuelo a la perfección, levantando el polvo de nieve que aún no se fundía sobre la tierra, había nevado la noche anterior seguramente pues este se levantó después del batir de sus alas, podía escuchar el corazón de JiMin latir rápido después de presenciarlo.

—Eso fue...

—Nuevo para ti—concluí.

—Si, ¿Quiénes son los cinco? —preguntó, por fin me gire para observarlo, podía saber que tenia mucho frío pues sus labios comenzaban a ponerse de un color lila abandonando el carmín que solían tener.

—Son hadas, que han estado en este bosque desde hace más de quinientos años, si alguien se atrevió a crearte, fue uno de ellos—dije con seguridad.

—Está bien ¿Qué pasara cuando me vea? —preguntó, sus labios comenzaban a temblar, cualquiera que viene aquí en inverno puede morir de hipotermia, es por esa razón que los humanos no habitan estos bosques, pero él no es humano, aun así es capaz de sentir frio.

—No lo sé, está en su derecho de hacer contigo lo que quiera, pero te ha creado en mi reino así que quien decide sobre ambos he de ser yo.

—Ósea ¿soy como un objeto? Eso es muy despectivo.

Pase por su lado para comenzar a caminar de regreso a la cabaña.

—Habías muerto y alguien te trajo a la vida, eres una propiedad, tu vida no es tuya y cuando tuviste una vida decidiste morir—espeté casi con molestia, si se atrevió a suicidarse ya no lo puedo considerar como un ser que merece respeto.

Escuché sus pasos tras de mí, sus suspiros leves y la frustración que su cuerpo transmitía, por fin podía sentir una emoción salir de él.

Después de unos minutos, escuché su cuerpo caer sobre la nieve, y maldiciones salir de sus labios.

Me giré para verle y sus manos estaban pálidas debido al frío, sus piernas se tambaleaban un poco al levantarse, solté un suspiro de rendición y me acerqué a él tomándolo del torso para levantarlo.

—Esto es muy incómodo, debiste subirme sobre tus hombros—dijo después de unos segundos, sus piernas estaban rodeando mi cintura y su pecho sobre el mío mientras su cabeza recostada sobre mis hombros, podía sentir el calor que emanaba su cuerpo sobre el mío y como sus brazos se aferraban detrás de mí cuello, lo había metido dentro de mi abrigo.

—Tengo razones para todo lo que hago, cargarte de este modo te hará sentir menos frío.

—Siento calor justo ahora—susurró.

Quise decir algo pero sentí que se había arrepentido, así que lo deje pasar. 

 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Nuestro Primer Invierno [YOONMIN]Where stories live. Discover now