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Nueva York
Lauren

Salí del departamento como un rayo. En serio temía que Camila me siguiera o algo así. Después de ayer volví al departamento con respiración cansada. Ella me robaba el aliento. Estaba jugando conmigo y yo no podía hacerlo. Estaba atada de manos.
Luego vino Marie. De mal humor después del trabajo. Me obligó a darle un masaje de pies, algo que terminó en un sexo incómodo en el sofá. Se había quedado dormida y tuve que cargarla a la cama. La miré respirar tranquila. Últimamente me preocupaba mucho. Estaba teniendo sus cambios de humor tan seguido. Besé su frente y la miré dormir. Pero luego mis pensamientos vagaron a la chica de enfrente.
Camila iba a hacerme sufrir con sus intenciones y no la culpaba, yo me merecía aquello.
El sueño me venció y desperté como siempre sola. Marie se iba a trabajar cada día más temprano.

Cruce la calle con cuidado y busqué un taxi. Necesitaba llegar al lugar de la entrevista lo más rápido posible. Aunque mi currículum era bueno también me hacía sentir nerviosa la entrevista. No sabía que tan difíciles podrían ser en este país. Miré el lugar.
Era grande y cuando entré me sorprendí al ver solo dos pequeños escritorios en medio. Ahí estaba sentada una chica morena, con los lentes bajos y contabilizando algo.

-Buenos días. Salude formal y acomode mi ropa sin que me mirara.

-Las entrevistas son en aquella puerta. Apunto debajo de las escaleras. Estaba situada una pequeña oficina y tres personas más estaban sentadas.
Todos leían algo concentrados y por primera vez me sentí al pensar en ser rechazada. En serio necesitaba comenzar a trabajar antes de enloquecer encerrada en aquel departamento.
Uno a uno entraron. Yo quedé al final. Genial.
Cuando pasé una voz conocida me recibió. Esto no podía ser cierto.

-¿Café o agua?
Camila le dió vuelta a su silla giratoria y ofreció una taza.
Sonrió divertida y luego tomó el currículum en sus manos.
-Venga pero cuéntame de tu experiencia en Londres.
Fruncí el ceño fastidiada y en lugar de tomar el café. Me puse de pie. Tenía que irme de ahí.
-Lauren siéntate por favor, estoy pensando seriamente en contratarte, ¿Ok? Y no por que te conozca si no por todo lo que viene aquí. Señaló mi información. Sus ojos me intimidaron un poco y me dejé caer de nuevo en la silla.
Ella estaba concentrada leyendo y movimiento un lápiz entre sus dedos.

-Después de la universidad trabajé en dos estudios de diseño, el último con un amigo, era de ambos pero al venir aquí el se quedó a cargo.
Asintió levemente.

-¿Cuando te fuiste a Londres?

-Cuando terminé el colegio.
Sus ojos dejaron de leer y me miraron.

-No terminaste el colegio. Ella aseguró y se equivocaba. Había hecho un trato con la escuela. Lo había terminado oficialmente en America aunque no estuve un mes en clases. Tuve que adelantar exámenes y trabajos finales.

-Si lo hice, justo un mes antes que tu.
El ambiente sé puso tenso y recordé el último día que la había visto. No me arrepentía de lo que había hecho. Besarla a esa edad era como haber tocado el cielo.

-¿Porque te fuiste ese día? ¿Porque fuiste a mi casa?

-Era una chica infantil, me dejé llevar por tonterías, y mi hermano me llevó con el.
Dije finalmente. Ella no se iba a cansar de hacerme preguntas.

-¿Y tus padres? Nunca los conocí.
No tenía por que contar nada de mi vida personal. Hablar de mis padres no era algo que me agradara mucho. Ellos aún eran culpables de todo lo que me pasaba en la vida. Mi padre había muerto hace dos años. Una enfermedad grave en el hígado después de beber tanto por tantos años. No asistí a su funeral y eso me mataba a veces.
Yo negué demostrando que no contaría nada.
-No presionaré con eso, esta bien.

-¿Es todo? Pregunté seria.

-Si, comienzas mañana.
No. Yo no quería ser contratada en ese lugar. La tendría tan cerca. Yo estaría vulnerable y Marie muy molesta al enterarse.

-Espera,tu no puedes contratarme.
Se rió de forma cínica y salió de la oficina dejándome ahí como una tonta. Cuando salía del edificio Dinah me llamó.

-Me han dado la buena nueva, que gran noticia,bienvenida a nuestra empresa, estaré ahí mañana para ayudarte. Yo no sabía que decir, más que gracias. Si lo necesitaba pero Camila iba a volverme loca.

Lo peor de todo llego en la tarde. El nuevo número de móvil lo había escrito en el currículum y recibí un mensaje.

~Estoy sola en el departamento ¿Porque no vienes? 🔥🔥 Gatita~
Casi arrojó el aparato al piso después de eso. No podía jugar así, yo iba a cansarme de todo y confesarle que...No,no podía contarle nada, aunque yo moría por ir a su departamento.
Tal vez cambiarlo seria una buena opción.
Caminé mareada por la estancia y llegó Marie. Me miró fijamente. Lo que me obligó a dejar de moverme.

-¿Dónde estuviste esta mañana?
Diablos. ¿Cómo se había enterado?

-Hola Cariño, estoy bien gracias.

-Esa no fue la pregunta que te hice. Dijo entre dientes y lanzó su bolsa al aire, tal vez buscaba golpearme pero todo salió mal. Gruñó. -Habló muy en serio Lauren, contesta.
Mi frente comenzó a sudar. Podía decirle que ya tenían trabajo pero jamás que era con Camila.

-Esta bien, yo...tengo trabajo ahora, cariño. Sonreí tensa tratando de aparentar normalidad. Bufó.

-No debías conseguirlo, yo podía mantenerte y...

-Yo no quiero que me mantengas, necesito trabajar. Replique y luego me arrepentí.

-¡No me interrumpas! Te he dicho que no hacía falta y...mejor me iré a dar un baño, prepara la cena.
Asentí. Pero me sorprendieron sus brazos en mi cuello y un beso tierno en los labios. Acaricie su cabello por un rato y se fue. Yo volví a respirar.

~Escapa a mi departamento ¡Ya! Estoy muy caliente 🔥~
No. Dios mío. Estaba jugando muy sucio y yo quería correr de ahí ahora.
Borré los mensajes antes de que Marie apareciera y también borré el número. Pase los siguiente minutos tratando de bloquearlo. Tenía que hacerle entender que meterse conmigo no iba a resultar fácil.

La insoportable Jauregui Where stories live. Discover now