Realidades

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Secretos a puerta cerrada

Marie extendió sus brazos hacia su hijo y este se apoyó contra el costado de su madre, sabiendo que esta no buscaba reconfortarlo a él, sino a sí misma. La mujer respiró hondo contra el cabello del pelirrojo y contuvo las ganas de removerse cuando el aroma fragante y excesivamente masculino del champú llegó a su fino olfato, dándole picazón. Lo que deseaba en ese momento era sentir la cercanía de su hijo antes de que saliera por esa puerta a ese mundo que lo necesitaba.

- ¿Por qué me lo dices ahora? –preguntó el chico, sorprendido, observando hacia arriba. No sabía qué hacer con esa información, demasiado sorprendido como para entender cómo sentirse al respecto- ¿Por qué ahora?

- Odio los hospitales... -admitió Marie, sin querer decir que le daban miedo. Pero no podía retener a Will y a su deber, lo había criado bien, todo un luchador- Ahora que lo sabes... tal vez vayas con cuidado... me llamarás... me sentiré más tranquila y tú comprenderás por qué estaré llamándote a cada momento...

- Lo sé... -Will se enderezó y besó la frente de su madre, sonriendo de lado- Chocolate... -bromeó, fingiendo oler el cabello de la mujer y esta lo empujó suavemente, riendo.

- Tu padre y tú me están haciendo sentir como el café cubierto de chocolate. No puede ser verdad que huela así ¡Me lo voy a creer! Y será una terrible decepción cuando note que no es verdad. –le regañó ella, acariciando la mejilla de su hijo- A veces lamento haberme perdido tantas partes de tu vida... tantos momentos de tu infancia por estar viajando...

- Mamá, con la tecnología de hoy en día, siempre estamos a un botón de distancia. Ahora debo irme y rápido antes de que me atrapes otra vez. Todo estará bien. –le prometió, levantándose y saliendo de su casa, tomando su chaqueta y poniéndosela de manera rápida.

Apoyada afuera estaba Helga, le hizo un pequeño gesto con su mano y comenzaron a caminar en silencio.

- ¿Volvió a dormir en el hospital? –preguntó el pelirrojo, la chica asintió- ¿Y el novato?

- Salió temprano llevándole comida. –explicó- Phoebe ya llegó hace una hora. Solo faltamos nosotros. –explicó, mientras subían al autobús- El tío Klaus no puede hacerla entrar en razón...

- Nadie puede hacerla entrar en razón... -el chico se dejó caer en un asiento, recordando lo que había ocurrido hace dos días.

Helga y él habían estado entrenando cuando Gretel llegó corriendo al lote baldío y perdió el equilibrio cuando quiso frenar, cayéndose al suelo. Ambos se quedaron estáticos mientras la alemana les explicaba que Lila estaba en el hospital, el espejo de salón de artes de alguna manera se había desmoronado encima de la chica y la había atravesado peligrosamente por varias partes. No terminó de decir eso y Will ya la estaba cargando en brazos, mientras Helga llamaba a Arnold y Phoebe. Todos se dirigieron al hospital. Will y Helga tuvieron que turnarse para contener a Gretel para que dejara de recorrer el hospital o intentara llamar a su padre para que de alguna manera le enviara ayuda, lo cual era imposible. Los médicos habían dicho que ningún órgano estaba comprometido, pero había perdido mucha sangre, una escasa en el hospital: AB. Si el caso hubiese sido menos grave, Lila hubiese podido recibir sangre de cualquier donante negativo, pero al ser una transfusión masiva, era necesario su mismo tipo de sangre.

Pero Will se levantó con seriedad y anunció que él tenía el mismo tipo de sangre, le sacaron lo necesario para no desmayarlo pero al parecer la chica necesitaba más y estaban buscando desesperadamente otros donadores.

Lila se estaba recuperando pero parecía estar en un constante sueño. Gretel había logrado quedarse a pasar la noche con la durmiente, mientras el resto, incluido el padre de Lila, tuvieron que volver a sus casas. El padre de Lila había tenido un ataque de pánico con todo lo ocurrido y había sido sedado con tal fuerza que cuando se fue lucía más muerto que vivo. Will se sentía sano y quería intentar donar, ya le habían quitado dos pintas y él quería por lo menos dar otras dos más pero Gretel le había gritado hasta el firmamento para prohibírselo. Pero Lila no reaccionaba y se recuperaba lentamente. Las opciones se acaban y Will prefería quedarse él en un hospital que ver a la pelirroja en ese estado tan pálido. Así que volvería a intentarlo... ¿Y sobre lo que le había dicho su madre? Solo esperaba que no fuese nada que afectara su día. Ese tipo de noticias su madre las soltaba como si alguna entidad le dijera que era el momento indicado. Y Will no estaba listo para más problemas. No sabía que lao había pensado que era excelente momento para tal entrega de información.

What if...? [Cómame señor lobo] «Hey Arnold!»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora