Capítulo 11

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- Y este quién mierda se cree para tratarme así - tomé mis llaves y salí en dirección a su casa.

Conduje lo más rápido que pude, no iba a aguantar esta humillación.

Al llegar ví que estaba apunto de entrar a su casa - ¡CHRISTOPHER! - ví que le dijo algo a Zabdiel quien entró.

- Te dejé las cosas claras, lárgate.

- Tú a mí no me hablas así - le di un empujón.

- Te hablo como te mereces, no te quiero cerca de mi casa.

- Eso lo decido yo.

- No eres nadie, no vales nada, asco debería darte tu vida - su cara de desprecio me daba más rabia aún.

- CÁLLATE - le di una bofetada.

- Que pena me das, cómo pude ser tan ciego contigo.

- Vas a volver rogandome.

- No te confíes, nadie es indispensable.

Sentí el sonido de una patrulla policial que se detuvo en la casa de Christopher.

- ¿Llamaste a la policía?

- Zabdiel lo hizo y con mucho gusto al parecer.

- Hijo de puta - iba a golpearlo pero me sujetaron las manos.

Uno de ellos saludó a Christopher quién le preguntó el motivo para detenerme. Sentí nuevamente esa incómoda sensación de las esposas.

- Así que haciendo desorden público - se acercó uno de ellos a mi - ¿Lo agredió?

- No, solo desorden público - respondió él.

Ordenaron que me lleven al auto, tenía tanta rabia en estos momentos.

Lo miré desde el auto, era un maldito traicionero y esto claramente no se iba a quedar así.

Me tuvieron por un tiempo no muy largo en la comisaría, tendría que pagar una multa aunque eso me importaba nada. Me devolvieron mis cosas y al ver las llaves recordé que mi auto lo dejé afuera de la casa de él.

Para mi mala suerte me tuve que ir caminando, sin dudas este no era mi día.

Al llegar toqué varias veces la puerta de su casa, las luces estaban apagadas.

- Donde rayos estás - traté de mirar por la ventana pero no veía nada - vas a volver, a la fuerza pero vas a volver.

Me fui a mi casa, de seguro hasta llorando por mi estaba.

Mientras conducía iba pensando en el estúpido de Zabdiel, todo esto fue su culpa, él le metió cosas en la cabeza a Christopher.

- Tengo que averiguar dónde vive este idiota - le di un golpe al volante - un susto quizás no le viene mal - reí - Christopher, Christopher, Christopher, te metiste conmigo y me las cobraré con lo que más te duela.

Al día siguiente me levanté con sed de venganza.

Estaba en la salida del trabajo de esos dos, esperando a que al menos uno se aproximara.

Al primero que ví salir fue a Christopher, con él arreglaría cuentas después.

Estuve al rededor de veinte minutos esperando afuera hasta que al fin esa persona se dejó ver - idiota.

Lo seguí cuidadosamente, quizás estaba loco por esto, pero nadie pasa por encima mío y eso Christopher lo sabía.

Se detuvo en una casa que al parecer era de él, me bajé lo más rápido posible.

- Linda casa - hablé detrás de él, creo que supo de inmediato quién era.

Nuestra Lucha - Chriserick (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora