Let me help you || Markhyuck

Práctica

— ¿Investigaste lo que te pedí?

— S-Sí —La voz de Mark tembló al momento que Donghyuck cerró la puerta de su habitación.

El moreno se volvió hacia él con una sonrisa.

— Bien —Dijo, haciendo tragar saliva al mayor con el sonido del seguro recién puesto.

Donghyuck lo había invitado a su casa el sábado con el propósito de continuar con las "clases", y Mark terminó aceptando sin pensar mucho en las connotaciones del asunto. Ahora se encontraba solo, encerrado e indefenso al merced su más experimentado "maestro". El moreno se sentó en la cama con él, luciendo la misma sonrisa que no podía significar sino problemas.

— ¿Estás listo? —Acercó su cara peligrosamente a la de Mark, ojos brillando y fijos en los suyos.

— No creo que esto sea necesario, creo que deberíamos ir un poco más despacio...

— ¿Estás bromeando? —Preguntó Donghyuck con indignación—. Su primer beso contigo definirá sus expectativas para el resto de la relación, no puedes arruinar esto.

— ¿Y quién dice que sin tu ayuda lo voy a arruinar? —Respondió el canadiense con un sonrojo traicionero.

— Fuiste tú el que dijo que te enseñara todo, ¿recuerdas? —Apretó la nariz de Mark con sus dedos—. ¿O es que no confías en mí?

El mayor suspiró, derrotado.

— Sí, sí confío —Dijo con honestidad, y una sonrisa genuina se dibujó en el rostro de Donghyuck.

— Entonces hay que hacer esto rápido.

El moreno se arrimó más a él en la cama sin decir palabra. Sus delgadas manos se deslizaron por las clavículas de Mark hasta tener un firme agarre en sus hombros. El canadiense le siguió, rodeando su cintura de forma casi mecánica y colocando sus dedos a cada lado. Donghyuck no pudo evitar soltar una risita cuando sintió las manos del mayor temblando contra su cuerpo, indicándole que se relajara con un susurro.

La respiración de Mark se cortó cuando Donghyuck se acercó un poco más a su rostro tentativamente. El ambiente en la habitación se había vuelto considerablemente más pesado, sumergido en completo silencio a excepción de las oscilaciones del ventilador sobre sus cabezas. Las cortinas se encontraban entrecerradas y no dejaban entrar mucha luz; estaba oscuro y todo lo que distinguían sus ojos eran al chico frente a él.

— Ladea un poco la cabeza... —Ordenó Donghyuck en voz baja.

Mark no tuvo más opción que obedecer, dando al menor más espacio para acercar sus labios a los propios. Su frente comenzaba a sudar.

— Cuida la posición de tus manos...

Un escalofrío recorrió el cuerpo del mayor al recibir el aliento de Donghyuck sobre su boca, todo su organismo se había estremecido ante la inusual sensación. Aunque sus palmas se habían humedecido un poco apretó su agarre un poco más, cortando la distancia entre sus cuerpos involuntariamente. Aún en medio de la oscuridad pudo ver claramente la coloración en las mejillas del moreno y el brillo en sus ojos; ese era el efecto que tenía en Donghyuck.

Entró un poco en pánico cuando los párpados del menor comenzaron a cerrarse y sus labios entre abiertos amenazaban con tocarlo. Un débil murmullo lo sacó de sus pensamientos.

— Si dejas los ojos abiertos te mato.

Mark acató la indicación rápidamente y cerró los ojos, nuevamente los nervios se apoderaban de su mente.