Mío.

¿Porqué no?

Advertencia: Este Oneshot es un estudio de personaje de Yuri Ayato bajo mi interpretación psicológica, esto es como yo creo que Yuri lidia con sus emociones y basado en lo que percibo de su estado mental, puede que sea una narrativa altamente OOC para algunos, se recomienda discreción. #YuriFingeSerTonto2K19

Aclaración: Amo a Tamura, mi intención en ningún momento es bashearlo ; ;

Era una noche tranquila en la escuela Morimori, el frío característico de la época y la oscuridad provocaban que sus estudiantes se encontrasen cada uno en su respectiva habitación desde temprano, por lo que a esa hora ya la mayoría debía estar durmiendo, a excepción de uno.

Yuri se encontraba recostado, mirando al techo de su habitación sin ánimo de dormir, con sus dedos tamborileando la parte visible de su estómago, donde su camisa se había recogido, revelando su arete. Seguía pensando las palabras que Tamura le había dicho esa tarde, las cuales se repetían sin piedad en su cabeza, sabiendo que pronto tendría que darle una respuesta.

"—Hey, ya que te gustó tanto ese chico Jimmy, ¿Porqué no lo invitas al club?—"

"—¿Porqué no?—"

Y es que no, si era sincero,no quería invitarle.

Pero, ¿Por qué?

Los días habían pasado tras su primera noche juntos, la segunda y la tercera. Ya no podía negar lo importante que el chico se había vuelto para él, lo necesaria que era su presencia en su vida.

Había sido el primer hombre al que quiso estrechar en sus brazos sin miedo ni inseguridad.

El primero del que no quiso huir de inmediato.

El primero que logró cansarlo y destrozar su cuerpo de la manera más deliciosa que podía imaginar.

Y es que el chico era grande, pero sabía que aquella noche había sido distinta a todas las demás. 

Su basta experiencia podía decírselo de sobra, no era su tamaño, no era la suavidad de su piel o lo cálido de su voz. Era algo que sobrepasaba los límites de su cuerpo. Algo que jamás nadie había podido darle, aunque si era sincero, el envase físico de su amado tampoco estaba mal, quizás sólo necesitaba un corte de cabello para poder ver mejor sus ojos y sería perfecto.

—Tooru era especial.— Pensó para si mismo, visualizando en su mente aquel adorable rostro sonrojado, diciéndole cuánto le amaba, desbordando su pureza y noble corazón.

Definitivamente especial.

Podía darse cuenta de que nuevos sentimientos crecían en su pecho cuando pensaba en él, lo cual se sentía como un tremendo salto al vacío, tenía muchísimo miedo, pero una sonrisa del moreno bastaba para calmarlo. Tamura había sido su primer amigo y su primer amor, jamás había deseado sobrepasar la amistad antes de él y no tenía más experiencia sentimental que la que habían compartido juntos, pero no podía negar que ser correspondido era una experiencia completamente diferente a su enamoramiento sin esperanza por el peli-azul, que continuaba viéndolo como un amigo que se la metía de vez en cuando.

Tamura ocupaba un lugar muy especial en su corazón, pero Fujisaki había ganado terreno en otro muy distinto.

Sin querer creerlo, emociones que había despreciado por mucho tiempo se apoderaban de él cuando pensaba en el muchacho de ojos verdes y eso le aterrorizaba.

Jimmy era un enigma para él.

No, No Jimmy. Fujisaki Tooru.

Quitó sus lentes oscuros en un movimiento lento y los observó colgar en su mano izquierda, siempre habían sido su barrera del mundo. Una forma de poner una distancia a su vulnerabilidad, de ocultarse a si mismo. Jamás nadie sabría si había llorado, si era feliz o no.