Persici

410 46 3
                                    

Trataba de no caer de bruces al suelo, no le daría la satisfacción al que abusó de su cuerpo. Apoyando su cuerpo en las paredes para sostenerse, no se caería, pero si lloraría no lo evitó nuevamente hicieron con él lo que quisieron, fue un juguete.

―F-Freddy... ¿D-Dónde estas? ― no evitó preocuparse por el que aún llamaba amigo― Seguro ya te fuiste...

Lagrimas y más lagrimas caían por sus bellos ojos, no sabía cómo sentirse; maltratado por obvias razones, frustrado por no hacer nada por solucionarlo, impaciente por no encontrar al chico de cabello marrón o simplemente vacío, su mente era un completo revoltijo.

― ¿Sigues aquí? ― una de las personas que logro decepcionarlo y ahora no quería saber nada de aquel ser estaba frente a él ¿Qué tan malo había sido en sus otras vidas para merecerse todas esas desgracias? Limpio las saladas gotas de su rostro e ignoro aquella pregunta, los ojos ámbares no se apartaron de su cuerpo― Bon, te estoy hablando.

Sintió como la rabia recorría sus venas ¿Cómo se atrevía a pronunciar su nombre con esa familiaridad despues de lo que le hizo? Giró su rostro para verlo con un odio plantando en las perlas verdes de sus ojos― Tú no tienes derecho a llamarme así Dagger... ¿Acaso has venido de nuevo para aprovecharte de cada parte de mí? ¡¿No fue suficiente la cogida de hace rato?! ―, con cada palabra que emergía de su boca la cólera disipaba la preocupación que antes sentía; el dolor también parecía desaparecer al momento que soltó la pared y comenzó a empujar al chico alto de cabello rojo― Pensé que era diferente pero que iba a ser yo, eres igual que el idiota de Bonnie. Pero ¿sabes qué? Yo soy el más estúpido por haber confiado en ti, ahora más claro me ha quedado que en esta jodido lugar no se puede confiar ni en su propia sombra.

A Foxy le dolía escuchar cada palabra que el mas bajo decía, sabía que era verdad y por eso él estaba ahí necesitaba disculparse por lo salvaje y primitivo que había sido ese día más temprano.

― ¡¿Crees que con eso harás que olvide de todo?! Eres más estúpido de lo que pensaba...― Bon no se creía lo que el pelirrojo había dicho― Ese "lo siento" que acabas de dedicarme no va a hacer que el tiempo vuelva y evite que te apoderes de mi cuerpo en contra de mi voluntad.

El alto agachó la mirada avergonzado.

―Lo sé, debía intentarlo por lo menos.

― ¿Intentar qué? ¿Qué todo sea cómo antes?

Asintió de nuevo.

―Estás equivocado... Muy equivocado Dagger.

Sin más que decir, dejó al hermano de Meg ahí solo. Sus puños se cerraron con fuerza clavando sus uñas en su propia piel causando que una pequeña llaga se crease. La terquedad que lo caracterizaba en ocasiones hizo que actuará; corrió hacia el mas chico, tomó el delgado brazo y lo viró, se cautivó por lo llorosos ojos verdes, vio su reflejo en estos no aguanto más y junto sus labios con el otro más no dudo mas de 10 segundos.

― ¡NO ME TOQUES! NO TE ATREVAS A ACERCARTE A MÍ DE NUEVO... TE ODIO... A TI Y AL MALDITO DE BONNIE.

Bon salió corriendo, el dolor en su espalda baja punzaba, pero no podía parar, no ahora que pensaba querer más de ese sabor a durazno de los labios del chico.

Mientras tanto un joven de cabellera castaña era arrastrado por el rubio cenizo, que según Freddy; aún ocultaba bondad en su muy infectado corazón.

―G-Golden p-por favor no seas t-tan brusco― su voz salía en súplica tratando de convencer a su "amado" abusador que lo soltase de una vez―, va-vamos ¿sí?

― N-no puedo negarme a esa carita osito― dejó de tomarle el brazo al joven más bajo para besarlo con lujuria que fue recibida al instante por los labios de Freddy que no podía resistirse, no a él― Así está mejor osito~


― S-si mucho mejor― su voz cambió, ahora Freddy hablaba feliz― Mucho, mucho mejor.

Olvidando a la persona que buscaba antes de que encontrase a Golden, se sumergió de nuevo al papel que se le había otorgado, Freddy nuevamente se convirtió en el juguete de Golden, nadie lo obligó, él solo lo hizo por el amor que supuestamente siente por el otro.

Por otro lado, ya en su casa resguardado por las suaves colchas de su compañero de cuarto, Bon aspiraba con fervor aquel aroma con sus labios separados aún con el sabor latiente de los duraznos y el color rojizo de las hebras del chico que asomaba su cabeza.

―Freddy vuelve... 

TOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora