1. Amor de recuerdos (KakaKonan)

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Todo el mundo shinobi estaba en espera de que Madara proclamara la Cuarta Guerra Ninja. Las aldeas estaban preocupados, aterrorizados, preparándose para la batalla. Las misiones eran necesarias, sobre todo porque el dinero era necesario para obtener los recursos que se utilizarían en la guerra y también para todos los civiles que iban a quedarse en sus aldeas sin ninjas que salieran por misiones.

Kakashi era uno de esos ninjas. Naruto y Sakura habían salido rumbo a la Isla Tortuga y Sai... bueno, ese chico había desaparecido y no tenía idea de dónde podría encontrarse. Había pensado en llamar a Tenzo, pero él ya se encontraba en una misión. Con un suspiro, supo que debía hacerla solo. Tsunade le había pedido que buscara un equipo, que no marchara solo por la amenaza de Akatsuki, pero él ya se había acostumbrado a sus alumnos y no esperaba tener la misma confianza con los demás.

Preparó sus armas con tranquilidad y salió de la aldea dirección al País de la Hierba. Sorprendentemente, no fue atacado en ningún momento. Sabía que estaba teniendo mucha suerte y eso lo atormentaba. Sin dejar de estar alerta, paró apoyándose en uno de los árboles. Sacó su bote de agua y bebió de él rápidamente antes de seguir su camino. Ya estaba anocheciendo y tendría que descansar, pero si podía recorrer más camino antes del amanecer, lo agradecería.

Llevaba un rato cuando escuchó un sollozo no muy lejos de él. Se extrañó. Quizás era una trampa, pero también cabía la posibilidad de que alguien necesitara ayuda. Discutió consigo mismo si seguir o descubrir de qué se trataba.

Finalmente, se decidió por lo último. Caminó lentamente hasta el lugar donde los escuchaba y, rodeando el tronco de un árbol, pudo divisar una capa negra con nubes rojas. Su instinto lo hizo esconderse. ¿Por qué un miembro de Akatsuki lloraba? Además de que se encontraba sola, lo que le pareció extraño. Probablemente, su compañero estaba en los alrededores.

Iba a marcharse, cuando sin darse cuenta pisó una rama. El ruido alertó a la chica, que rápidamente se incorporó asustada y preparó su primer jutsu.

—¿Quién está ahí? Sal o no tendré piedad—gritó con cierto temor que Kakashi pudo entrever—. Si eres Madara, que sepas que no te daré lo que quieres.

Kakashi optó por salir.

—No. No soy Madara.

La chica, de pelo azul y ojos castaños, llevaba una flor de papel en su pelo y algunos piercing en su rostro. Al azar la cabeza abrió los ojos sorprendida, pero algo que asombró al Hatake es que se destensara sin dejar de mirarlo, como si hubiera bajado la guardia.

—Eres Hatake Kakashi, ¿cierto?

Kakashi miró a su alrededor esperando que algún ninja renegado lo atacase, pero no sucedió.

—Sí, soy yo. ¿Y tú quién eres?

—Oh, cierto...—habló levantándose y restregando sus mejillas para secar sus lágrimas—. Yo soy Konan.

—Eres una Akatsuki. ¿Qué haces por aquí sola? ¿Y por qué estabas llorando?

—Bueno, de hecho ya no estoy en Akatsuki. Cuando murió Pain, Nagato tras él, me quedé sola. Nagato y yo... éramos compañeros de equipo desde que éramos niños. Y Madara... está buscándome—confesó asustada.

—¿Y no crees que aquí te encontrará fácilmente? Escóndete, o estarás en peligro—la avisó. Al menos si había dejado Akatsuki es porque se había arrepentido.

Konan asintió de acuerdo, sintiendo de nuevo sus ojos llorosos. Miró en dirección del peliplata y suspiró. Tenía miedo por todo lo que estaba por suceder. La guerra estaba próxima y nadie estaba a salvo. Esperaba al menos salvar al sensei de Naruto, aquel que había jurado ayudar y proteger por la causa.

ONE-SHOTS NARUTO [Pedidos cerrados]Where stories live. Discover now