"Tus colmillos"

4 0 0
                                    


"Te miré a la cara, asustado o mejor dicho aterrado, no sabia que hacer, no sabia que pensar, te veía delante de mi mostrándome tus colmillos cubiertos de sangre y mostrándolos con total orgullo.

Quería correr, huir de allí, alejarme lo máximo posible de ti, pero me quede quieto, me quede allí mirándote fijamente pensando en que hacer.

Se que debía pararte, pero realmente no sabia que hacer, te amo amado mío, pero en este preciso momento estaba tan aterrado que no me atrevía a decírtelo, que no me atrevía tan siquiera acercarme a ti.

Deseo tanto huir, pero no podía, no debía mejor dicho, debía quedarme, pararte de algún modo aunque estuviera tan lleno de miedo, aunque mi cuerpo me gritará que corriera, aunque mi mente me dijera que es un error quedarme allí en medio, parado, sin hacer nada, simplemente mirándote, mostrándome tan invulnerable, pero no me importaba, porque debía hacer algo para detenerte.

Realmente deseaba huir, pero no podía dejar que siguieras dejándote llevar por tu ira, por tu mente nublada el cual no tenía consciencia de las acciones, estabas tan cegado que no sabias tan siquiera el daño que estabas haciendo, tanta gente muerta y tu ni tan siquiera te inmutabas.

Lo podía ver en tus ojos, para ti era simplemente satisfacción, un enorme placer matar a todas  aquellas personas inocentes que no tenían nada que ver con lo ocurrido.

Matabas y matabas, sin tan siquiera intentar recuperar el control, y yo invadido en el miedo, en el pánico mejor dicho, yo, que estaba viendo todo aquello no era ni capaz de intentar pararte, pero sabia que debía hacerlo, era mi deber, mi obligación como el protector de esta ciudad.

Oooh, amado mío, no sabes cuanto deseo que pares todo esto, no sabes cuanto deseo que olvides tu gran ira, no sabes lo tanto que deseo que vuelvas a ser tú mismo, que vengas a mi y me digas que ya todo esta bien, pero sabía que eso no sería así hasta que saciaras tu sed de sangre, hasta que saciaras tu gran ira.

Lo siento, lo siento mucho de veras, se que es mi culpa que estés así.

¿Quién me iba a decir que esto acabaría así por mi culpa?
¿Quién me iba a decir que nuestra adorable niña iba aparecer muerta poco después de que yo volviera de mi largo viaje?

Se que duele, se lo tanto que duele perder una hija y te lo dice alguien que perdió a sus dos hijos y a toda una familia, por culpa de un error tan grave.

Pero, por mi culpa, por haberme ido, por haberos dejado desprotegidos, por haber dejado que mis enemigos os hallan visto, ahora nuestra adorable niña, a pagado por mi gran error.

Lo siento mucho, siento haber sido tan despistado y no haberme dado cuanta antes, nunca debí irme y volver mostrando lo tanto que os quería realmente, simplemente debí haber vuelto como siempre, serio, sin emoción alguna y lleno de dolor el cual nunca mostraría.

Pero ya no hay vuelta atrás, ya todo ha ocurrido y ahora debo pararte, ahora debo cumplir con mi deber.

Aunque este tan sumido en el miedo, debo pararte me cueste lo que me cueste.

Me plante ante ti, aunque no se me viera seguro, aunque el miedo me inundara, me plante ante ti como debí hacer antes y con mis brazos abiertos y deje que te abalanzarás contra mi, dejando que tus colmillos perforarán la piel de mi cuello.

Pero no me importó, si para calmarte debía dejar que me mordieras, que me hicieras daño, entonces lo haría, dejaré que hagas lo que quieras conmigo.

Seré el único al cual debas de morder, serás el único que deje que marque todo mi cuerpo si así debe ser, dejaré que solo tus colmillos sean los que marquen mi cuerpo.

Te quiero, realmente te quiero.

Y lo siento...siento todo el daño que he causado en tan poco tiempo..."


Historias de un ayerWhere stories live. Discover now