capitulo#3: la venganza comienza

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Medio día... y el líder te puso a cocinar (mal hecho tord). Tenias tu plan de venganza bajo la manga (literal) una botellita de veneno bajo la manga de tu suéter. Estabas preparando la "comida" de Jaro,

-*solo tres gotitas*... *tres gotitas son más que suficiente*- pensaste con malicia -*bien jaro... despídete de mi amado Paul*-

llevaste todos los platos, y el de jaro lo tenias señalado con 2 hojas de laurel (y no valla a ser que envenenes a paul en ves de jaro). 

luego del almuerzo...

tord: quiero que den 60 vueltas al cuartel, y no quiero oír quejas.

-¡SI SEÑOR!- respondimos todos al unisono

10... 11... 12... 13 vueltas, y ¡pam! jaro yacía en el suelo de la armada.

-¡SEÑOR, SOLDADO CAÍDO!- grito yuu señalando a Jaro

luego, llevaron a jaro apenas viva a la enfermería; no podías dejar de sonreír con una maldad que se notaba desde lejos. Al sentir la mano de alguien en tu hombro, esa sonrisa se desvaneció. 

*oh no, debe ser el líder rojo... ¿me habrá visto envenenar la comida?, ¿me ejecutará?, que pasará entre Paul y yo?*; esas y mil preguntas mas rondaban por tu cabeza, hasta que...

-¿Qué le habrá pasado a Jaro?- 

esa voz... giraste...y...

no era nadie más que patryck. ese maldito con pelo de alas de pollo te las pagaría por asustarte así; pero no podías hacerle nada ya que era la mano derecha de el líder Tord.

-oye ¿estas bien? pare que hubieras visto un fantasma- bromeo el con su tierna voz.

-s-si señor e-estoy bien- dijiste poniéndote firme en señal de respeto.

-no necesitas mostrar respeto hacia mi- dijo sonriéndote-

-g-gracias, pero, es solo que me sorprende lo de Jaro, se veía bien en el almuerzo, ¿se mejorará?-

-seguro que si, ella es fuerte, lo demostró en la prueba para poder entrar aquí.

  horas después

- lo sentimos, pero Jaro no le queda más que solo 2 horas de vida- dijo el enfermero al salir al campo de entrenamiento.

*Si, misión cumplida!, Paul es todo mio ahora* 

2 doritos después

bandera en el asta, flameando al compás del viento, deslizándose hacia abajo, acompañada de una fúnebre canción saliendo de una trompeta; soldados formados de tras de ella con la cabeza mirando al suelo, y un ataúd negro con el símbolo de la armada en el, ahí permanecía Jaro.

ningún día fue tan feliz para [tu nombre] como este, pero no lo demostraba. Ella no sentía arrepentimiento alguno; y era oficial, ella era una yandere.

su cabeza ya estaba ideando otro plan para conquistar a su amado soldado y permanecer juntos el resto de su vida.


no todos los príncipes son azules(paul x reader eddsworld)Where stories live. Discover now