Descubrimientos

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Hermione nunca fue una persona depresiva; jamás. Ahora a sus 15 años había decidido encerrarse en un mundo donde no existiera el dolor, donde no existiera las culpas y por ultimo donde nadie la necesitara. Sabía que era una chica especial, así le había dicho su madre. A pesar de tener 15 años ella sabía que apenas tenía 10 años. Su carta fue la más rara. Fue el director junto con un funcionario del ministerio a hablar con sus padres.

Hermione ese día se dio cuenta que su padre se distancio más de ella. Nunca supo el "¿por qué?", Ni tampoco preguntó. Ahora que ella estaba sola, se enteró de la verdad. Su padre no era su padre. Su madre era un squib con sangre veela por parte de su abuela. Ella se embarazo de un vampiro... un vampiro.

¿Ya no sabía quién era? dejo de ser Hermione jean Granger hija de muggles el momento que escucho la noticia. Ahora era Hermione una criatura mágica que bajo de categoría como una "especie peligrosa" y "especie híbrida". Las palabras de Malfoy empezaron a tener sentido; Malfoy tenía razón.

Se puso a llorar de nuevo. Le dolía saber que ahora tenía que luchar más fuerte para tener un lugar en el mundo mágico. Le dolía saber que tenía que estar registrada en el ministerio de magia como "criatura mágica". Empezaba a sentir un peso sobre sus hombros como lo hacía Remus Lupin. Ahora sabía lo que sentía las demás criaturas como ella. ¿Cómo sus derechos podían ser representados? ¿Quién podía ayudarlos si estaban registrados como especie de salvajes?

Lloró amargadamente. Lloró desconsoladamente. Lloró de impotencia. Lloró de coraje. Lloró al no saber qué hacer.

Escuchó que alguien tocó la puerta y abrió

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Escuchó que alguien tocó la puerta y abrió.

—hemos contactado con tu padre —dijo aquella voz llena de alegría. Y ella sintió ganas de volver a llorar

...Canadá 

Alguna parte de Canadá se encontraba los cullen con sus cosas cotidianas. Escucharon algo que rasgo el espacio con un <<crack>>. Todos escucharon pasos y murmullos. Escucharon cuatro corazones palpitar frenéticamente. El olor que desprendían era humano pero mezclado con un aroma natural de la tierra. Los cullen se miraron de reojo para ponerse en modo de ataque.

Sonó el timbre.

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Fue Esme quien decidió abrir al ver que nadie se movía. Carlisle, la acompañó dando una leve mirada a sus hijos dándoles a entender que no tuvieran miedo y que se controlaran.

— ¡buen día! —Saludó un hombre—, lamentamos esta interrupción. Pero tenemos asuntos legales que tratar. —habló sin dejar que Carlisle y Esme saludaran. —mi nombre es amos Diggory, soy el jefe del departamento de regulación y control de criaturas mágicas. —tomó la mano de Carlisle y no se sorprendió.

Tan solo cuatro y existoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora