XXVII

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Cuando llegamos, estacione el auto, ingresé a la recepción para que me entregaran las llaves, volví al auto y ella seguía durmiendo, la moví un poco y se despertó.

-Princesa, hemos llegado, vamos.

Ella estiró los brazos y la cargué hasta la entrada de la cabaña que había alquilado, la dejé en una silla y fui rápido por las maletas, cuando volví la vi sorprendía.

-Que es esto Erick?.

Yo la volvi a mirar y me quedé quito, pensando en que había fallado, mil preguntas y respuestas se formaron en mi mente.

-Si-si no te gusta, pido que lo retiren, perdón quería darte algo bonito, por estos 6 meses.

Baje la cabeza y iba a tocar el picaporte cuando ella volvió a hablar.

-Para donde vas?, oye Erick, está muy bonito, solo que no pensé que fuera algo romántico.

Me abrazó por la espalda y me dio un beso en el hombro, yo me di la vuelta y la abrace un más fuerte, puse mi barbilla en su cabeza y le susurré.

-Pensé que no te había gustado.

Ella solo hundió la cabeza en mi pecho y empezó a mover las manos, en menos de lo que me di cuenta ya no tenía la chamarra puesta y estaba sacando la camisa del pantalón.

-Espera -le dije deteniendola de las manos.

-Erick, por qué?, No quieres que lo hagamos?

-Princesa, claro que sí, solo que tenía algo más en mente y pues no quería que fuera tan rápido, tenemos todo el fin de semana y la noche para hacer lo que quieres, pero ahora solo dame tiempo, si? -le dije acariciando su rostro.

Le extendí la mano y la lleve hasta un pequeño balcón que tenía la cabaña, allí había una mesa para dos, una botella de vino, copas, platos, cubiertos, al rededor de la mesa habían velas de dos colores de diferentes tamaños.

Le corrí la silla en cuanto salió del shock, empezamos a comer y a hablar de distintos temas banales.

No nos dimos cuenta de cuanto tiempo estuvimos hablando y disfrutando de la velada, cuando vi el reloj de pulsera que tenía me di cuenta que era súper tarde, la botella de había terminado, ella estaba colorada y ya arrastraba las palabras, se reía de todo, en pocas palabras estaba completamente tomada, me golpee mentalmente por darle licor y no cuidarla.

Amor Absque Fines (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora