No es facil

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Mi vida era una rutina, pero esa rutina había cambiado un poco, desde que ese chico rubio y pecoso aparecio frente a mi, como si nada, adueñandose de mis pensamientos, y ... demonios si que lo odiaba, por que había insistido un par de veces mas, realmente estaba interesado en el, quería conocerlo, quería saber mas de el, pero se negaba, y eso entristecía mi corazón.
¿Que mas podía hacer? Seguir insistiendo no era una opción, yo no quería parecer aun mas un acosador, lo que menos quería era su odio, o que me tuviera temor, debía de haber otra forma de acercarme a el.

-¿Señor Tweek?

-Si, soy yo, digame.

-Estas flores son para usted.

-Pero... a mi nadie me regala flores, ¿esta entrega no será un error?

-No, aquí especificamente viene la direccion de este café, para el señor Tweek.

-Oh, esta bien, muchas gracias.

El enorme ramo de girasoles reposaba en el mostrador, Tweek tomó con una mano este y miró la dedicatoria

"Dame una oportunidad"

Vaya que era insistente ese sujeto.
                        ***
Solo miraba de lejos desde la floreria en la que trabajaba, como el ramo era entregado por uno de mis compañeros de trabajo, Tweek las recibió, estuvo un rato observandolas, y tardó unos segundos para tirarlas al cesto de basura, me esperaba algo así, pero estaba convencido de que quería a ese chico, y haría todo lo que estuviera en mis manos para acercarlo aunque sea un poco.

Los días siguientes, a diario mandaba un ramo de diferentes rosas y flores, todos terminaban en la basura, la ultima vez Tweek salió de su local y frente a mi, mirandome a los ojos tomó el ramo y lo rompió, desechando los restos de petalo y tallo en un contenedor de basura.
Continué con los regalos y detalles, todos enviados y entregados por mi compañero de trabajo y amigo Clyde, el en parte estaba fastidiado de que yo no me diera por vencido

-Cielos Craig, sé que te gustan los chicos pero, por eso mismo hay muchos allá afuera, olvida a ese amargado niño bonito, ten un poco de dignidad.

-Clyde, sé que hay muchos chicos ahí afuera, pero, no lo sé, no puedo dejar de pensar en Tweek desde que lo ví por primera vez, me resulta tranquilizante su mirada, a pesar de que solo reciba miradas de molestia, algo me dice que debo seguir intentando.

-Yo digo que dejes morir esto, aunque igual, no te preocupes, te ayudaré en tus locuras.

Decidí que el siguiente paso era ir yo mismo en persona a entregarle algo, a pesar de que moría de nervios, tenía esa necesidad de escuchar su dulce voz y perderme aunque ses un rato en sus enormes ojos verdes.

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Aquí dejo otra partesita de esta mini historia, como mencioné, diario la actualizaré, mañana actualizo Read my mind por cierto, gracias por sus lecturas las aprecio mucho 💖

El cuarto café de la avenida [♡Creek♡]Where stories live. Discover now