Cap14: Las chicas babean y los chicos sienten celos.

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Los rumores comenzaron a correr como si hubieran encendido pólvora en el lugar; tres nuevos alumnos llegarían al Instituto durante esos días y uno de ellos volvía para tomar su plaza reservada.

Los rumores sobre la identidad de estos alumnos golpeaban de todos los lados, algunos decían que eran parientes de la familia real de los reinos vecinos, otro de los rumores decía que eran representantes de otros reinos cercanos, otros de los herederos bastardos de algunas familias de dudosa reputación, pero lo que tenían en claro era que debían de ser gente de gran rango para poder permitirse llegar tiempo después del inicio del semestre.

Los que estaban más informados del asunto eran los representantes, pero sus conocimientos solo eran meramente superficiales que no satisfacían el hambre de información del resto del alumnado, aún mientras ellos mismos intentaban sondear al profesorado poco podían obtener.

—Hey, ¿Cómo creen que seas los nuevos alumnos? —pregunto Magí mientras leía un libro sentada en un árbol.

—Espero que no sean tan alborotadores como los precede su reputación —hablo Esme mientras bebía una taza de té al lado de Magí.

—Con cuerdo con el sombrerero loco y la liebre de Marzo, suficiente tengo con el acoso por lo de representante de la clase —comentó asqueada Lucí.

—Por otra parte, la Reina de Corazones y el Sombrerero Loco nunca han mencionado quien es el presidente de su clase en las juntas —comentó Eliot divertido.

Lamentablemente su broma le costó tener que esconderse detrás de Lucí para no ser apuñalado por un cuchillo y golpeado por una taza de té salido de la nada.

—Los rumores dicen que su profesor, para evitar una guerra dentro del salón donde varios de los alumnos perecerían, los dejo a ambos a cargo del País de las Maravillas —comentó Esme.

—Mi querida Liebre, usted tiene toda la razón —hablaron ambos representantes al mismo tiempo.

En esos momentos Erika se unía a su nuevo grupo de amigos tras ser despachada por su naciente pequeño sequito, se acomodó al lado de Lucí mientras escuchaba toda la charada sobre Alicia en el País de las Maravillas preguntándose quien eran Alicia.

—Erika, ¿alguna novedad en tu clase? —preguntó Lucí.

—Salvo que se está formando un pequeño sequito dentro de mi clase sin que me dé cuenta, no hay ninguna otra novedad —dijo ella totalmente indiferente.

Pero el resto de mayores solo la miraron al preocupados, ¿acaso no era consiente que no era normal que una niña de segundo grado ya estuviera formando su propio sequito?, si esto seguía así solo podrían mirar como poco a poco la pequeña se convertía en una pequeña reina dentro del Instituto.

Otra semana pasó hasta que un día, dos figuras nuevas aparecieron en la entrada.

Por las ventanas del coche, se podía ver que ambos chicos tenían una piel ligeramente tostada, aunque eso se deba a que recién venían llegando de la costa, pero eso era el único aspecto que ambos chicos compartían.

Po su parte, él, era típica descripción grafica del príncipe encantador rubio de todo juego Otome, alto, delgado, de suaves, sedosos a la vista y abundantes hebras de los distintos matices del oro a la luz del sol con un toque de ámbar oscuro entre ellos. Había salido del coche con un porte seguro pero elegante, como la de un felino, una sonrisa pequeña pero que no dejaba ver si estaba feliz o indiferente al resto está grabada en su rostro, a cierta distancia no podías saber si sus ojos eran verdes con toques azules o dorados como los ojos de un animal salvaje.

Ni siquiera había dado un par de pasos desde que bajo del coche cuando toda la población femenina del Instituto estaba conteniendo sus alientos, daban las gracias a los dioses por estar vivas para ver esto y se limpiaban las babas que caían de sus labios abiertos. Increíblemente, o en realidad bastante normal, fue que el trío de amigas también se quedaron de piedra al ver a este especie de adonis perdido frente a ellas, por un lado Magí por fin encontró el rostro para sus protagonistas de sus novelas de viajeros y piratas que secuestraban a la doncella antes de irse de aventuras, al maldito canalla y roba flores, Esme por su parte tuvo que mirar ligeramente sus manos para poder recuperar parte de su alma que esa sonrisa parecía haberle robado, sin embargo no fue capaz de suprimir el intenso rubor que se extendió en sus mejillas y parte de su cuello cuando él miro en su dirección, por último Lucí, que ya previamente estaba enamorada con el dibujo del personaje y el diseño, no pudo evitar sentir que esa pequeña parte dentro de ella llamado Fandom, latía con gran fuerza al verse cumplido uno de sus muy raros sueños cuando pensaba en cómo sería conocer al chico de los juegos en persona, claramente la expectativa versus la realidad era muy dispar y pudo sentir su boca secarse y sus mejillas tan ardientes como para freír un huevo, ella también se llevó los dedos a la comisura de sus labios esperando no encontrarse con la baba que estaba segura que estaba cayendo en ese instante.

Y mientras las tres chicas caían bajo el efecto de afrodita hecho hombre, Eliot y sobre todo Liam, como el resto de chicos que veían a sus prometidas crear un río de baba y dar gracias por estar vivas, sintieron una terrible oscuridad apoderarse de sus corazones mientras claramente eran desplazados de sus lugares en el corazón de las chicas.

Pero el embrujo no duro tanto cuando el apuesto "príncipe encantador", tendió su mano para ayudar a salir del coche a su compañera.

Se podía considerar que la chica era alta para el promedio femenino, tenía un cuerpo delgado pero atlético, un rostro con unas proporciones adecuadas que enmarcaban unos sensuales labios pintados de azul y unos ojos que al igual que su compañero no estabas del todo seguro de color eran. Pero lo más destacable de la chica no solo era su bonito rostro de una fémele fatal, no, lo que primero que atraía tu mirada era ese lacio cabello azul.

Si bien no era pecado decolorarse o tinturarse el cabello, era extraño que alguien fuera tan osado para llevarlo a una de los Institutos más prestigiosos de la nación, donde todos tenían sus ojos puestos en tu reputación y apariencia, pero a ella claramente le importaba un bledo pues con un aire coqueto empujo parte de esas sedosas hebras detrás de sus hombros haciendo que al menos una parte de la población masculina se le parara el corazón... y mentalmente otras partes.

—En serio, ella redefinió el "usar un saco de papas pero aún verse como una diosa" —comentó Magí boquiabierta.

Algo dentro de ella le dijo que si ya ella era bastante descarada, si se juntaba con esa chica serian una bomba.

En el Instituto Real no era obligación utilizar el uniforme oficial salvo para ciertos eventos formales y otros obligatorios, pero las reglas señalaban un cierto código de vestimenta que permitía a cada alumno ser libre pero manteniendo la modestia y la etiqueta para la imagen del lugar. Lamentablemente jamás previó que con la sola llegada de ese par de extraños, tanto el alumnado como el profesorado sintieran que sus ropas eras meros harapos.

Mientras la pareja caminaba en dirección al edificio central, los rumores sobre la nueva belleza y la delicada afrodita comenzaron a expandirse, comentando sobre cómo sería el primer encuentro entre ellas y que el nuevo Adonis se vería muy bien con la belleza de segundo.

—Chicas, por favor, limpien sus babas antes de entrar a clases —gruño Liam.

Fue en ese momento que las tres volvieron en sí y recordaron que no estaban solas, dos de ellas que tenían un compromiso acordado con uno de los dos chicos. Mientras Esme y Magí intentaban aparentar no saber del tema en cuestión, Liam le ordeno a Lucí averiguar cada detalle de ese par, incluyendo sobre todo al rubio en cuestión, Eliot por su parte le menciono que sería bastante útil tener información de primera fuente antes de transmitirla a Aarón.

Y así fue como Lucí fue dejada de lado por las dos parejas para resignarse a su rol de informante y espía. 

The charm of the AngelWhere stories live. Discover now