Capítulo 31

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Antes de dormirse el martes por la noche, Mad se sentó en su cama y respiró hondo, momento que aprovechó su gata para echarse sobre sus piernas y ronronear, lo que hacía que la adolescente se tranquilizara más. Dejar la mente en blanco no le había servido, por lo que, esa vez quiso experimentar pensando en momentos positivos, que la hacían feliz: los abrazos de su mamá, viajar con música en el auto con su papá, ver películas con Kathy, ir al parque con sus mejores amigos, acariciar a su gata, cuando Joe apareció en su cumpleaños...

Con los ojos cerrados y una sonrisa dibujada, un brillo anaranjado empezó a rodearla y, al pensar en Joe, unos destellos rosados fluyeron de sus manos, entrelazándose con el naranja. Algunas cosas a su alrededor se levantaron y empezaron a moverse en el aire con torpeza. Mad abrió de a poco los ojos, pudiendo ver lo que pasaba y se emocionó por ello, dando un leve grito que hizo que la magia parara y las cosas se cayeran. Cheshire se levantó y se acurrucó a los pies de la cama.

Para suerte de la chica, tanto su hermana como su cuñado estaban dormidos y no se despertaron por el ruido que metió. Recogió las cosas, entre ellas, un frasco de perfume que Kathy le había dado y quedó con una fisura por el impacto contra el suelo. Lo puso de nuevo en su velador y justo vio el collar que le había regalado Joe. Si bien casi nunca lo usaba, lo tenía ahí, probablemente porque olvidó guardarlo en su caja de collares luego de usarlo.

Se fue a dormir esta vez, con una sonrisa en el rostro. Estaba logrando cosas y al parecer encontró la forma de hacer que su magia aflorara. Le costó un poco dormir, pues estaba ansiosa por el día siguiente, pero lo consiguió.

Tuvo de nuevo aquel extraño sueño en el que estaba en el mar, tratando de mantenerse a flote y las olas impidiéndoselo, y peor que las olas era una fuerza que sujetaba su garganta y apretaba lentamente, al mismo tiempo que la empujaba hacia abajo. Luchaba con aquella fuerza invisible, pero al final se perdía en las profundidades, despertando de aquella pesadilla, a eso de las seis de la mañana.

Mad reclamó a la nada con un gruñido al ver la hora a la que había despertado. Todavía tenía media hora para dormir sin atrasarse, pero conociéndose, era muy probable que se quedase dormida por más tiempo, así que, se levantó de la cama con cuidado para no molestar a Cheshire, se puso sus pantuflas, tomó su bata y entró a su ducha, como si con el agua cayendo pudiera alejar las pesadillas.

Luego de vestirse con ropa casual y ponerse el collar que le regaló Joe, escribió una nota a Kathy, para explicarle por qué no iba a llegar a dormir, excusándose en que se iba a quedar ensayando con su banda y volvería a la mañana siguiente por sus cosas para el viaje a Los Ángeles. Lo único que deseó en ese momento fue que le creyera.

En su mochila, en lugar de libretas y lápices, llevaba su estuche de maquillaje, más dinero, el cargador de su celular y un condón que le había robado un par de noches antes a su cuñado, aprovechando que veían una película en la sala para poder colarse en la habitación de la pareja. Todo eso quedó en evidencia en el scanner del aeropuerto.

Abordó así el avión sin problemas, poniéndose una alarma para despertar en cuatro horas y media más, y así no tener problemas luego con el descenso, además de querer aprovechar algunos minutos previos a este para maquillarse. Quería dormir, pues el día se venía pesado.

 Quería dormir, pues el día se venía pesado

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Mad #PGP2023Место, где живут истории. Откройте их для себя