Capítulo 6. El ascensor

98.5K 6.7K 276
                                    

Me quedo paralizada. Estoy fría. Estoy sudando. Estoy temblando. Sabía que este día llegaría. El día en el que Harrison se hiciera este tipo de preguntas. Siempre que pensaba en qué le iba a responder lo sacaba de mi mente.

No puedo decirle que no conozco a su padre. Que no conozco su cara, quién es, dónde vive o su nombre. No sé nada del chico bronceado por el sol de cabello castaño y tatuajes que dejé atrás en una cama de hotel.

Recuerdo claramente el tatuaje en su espalda. Su espalda estaba cubierta por una gran calavera y sus brazos estaban llenos de diferentes tatuajes sin ningún espacio libre. Su brazo derecho abrazaba una almohada que cubría toda su cara y las sabanas cubrían su trasero desnudo.

Vuelvo al presente cuando siento los carros que tocan la bocina insistentemente para que e mueva. El semáforo ya está en verde y algunos conductores enojados pasan a mi lado haciéndome señas obscenas.

Muevo el auto y vuelvo a mirar por el retrovisor. Harrison juega con su spiderman y sé que me he librado de responderle, pero que volverá a preguntar y ya no podré escapar.

**

Ellie tiene cuatro años y Jack dos. Cuando Claire abre la puerta mis sobrinos corren a saludarnos. Ellie y Harrison han sido inseparables desde que se conocieron. Ambos corren riendo al cuarto de la primera y yo sigo a Claire a la cocina.

- Estás pálida - me empuja riendo 

- Llegó el día - me siento apoyando los codos sobre la barra 

- ¿qué día? - me mira sin entender de que hablo

- El día en el que Harrison me pregunte por su padre - susurro mirando a mi espalda 

- Cuéntame qué pasó - se sienta a mi lado

Relato lo que sucedió en el auto. Claire me escucha y se recoge el cabello en un moño desordenado. Suspira y me abraza.

- ¿no te gustaría investigar? - me mira 

- ¿investigar? 

- Sí, saber quién es ese chico misterioso con el que te fuiste en mi despedida. Conocerlo 

- Y ¿como haríamos eso? - me apoyo en la barra

Claire idea un plan que no me convence. El cual involucra volver a las Vegas y preguntarle a gente que obviamente no va a recordar nada. ¿cual es la probabilidad que recuerden esa noche? ¿cuantas personas al día no van a las Vegas? Además, esto paso hace 5 años.

**

Corro por el lobby del edificio porque voy nuevamente tarde. Es martes y el tráfico de la ciudad me retraso más de lo esperado.

El domingo nos reunimos todos en casa de mis padres. Mamá me recomendó tener la charla con Harrison lo más pronto posible y yo seguía retrasándola como de costumbre. Es uno de mis peores defectos, no afrontar las cosas a la primera oportunidad. En mi cabeza existe esta loca idea de que todo se arreglará cuando en realidad todo va empeorando hasta que explota en mi cara.

Grito para que no cierren en ascensor y justo cuando voy llegando una mano detiene la puerta evitando que el ascensor se cierre.

- Gracias - le sonrió 

- El placer es mío - es el hombre que habló con Claire sobre el caso del puberto de la banda 

- Olivia, el fin de semana Ruth me contó lo emocionada que está por el paseo del curso

- Harrison también lo está - le sonrío a la madre de la compañera de mi hijo que se baja cinco pisos antes que yo

La guardería a la que va Harrison tiene un colegio también y siempre organizan demasiadas actividades. Tantas que a veces se me olvidan y algunas madres me lanzan miradas desaprobatorias por no participar como si yo no tuviera que trabajar. 

Escaneo mi alrededor en busca del puberto y no doy con él. Solo somos seis personas dentro del ascensor y él que llama mi atención es el chico de tatuajes y lentes de sol que está recostado al fondo. Mira su celular ajeno a lo que sucede y por su actitud y vestuario puedo concluir que de puberto no tiene nada.

Lo miro disimuladamente sin que se de cuenta. Algo en él me llama la atención. No sé si son mis hormonas o algo en él que se me hace conocido. Su chaqueta no me deja verlo completamente, pero tiene tatuajes que salen de su camisa y cubren todo su cuello. Eso seguro debió dolor.

No recuerdo hacerme mi tatuaje, pero recuerdo como fue el proceso de curación y como el simple hecho de sudar hacía que viera al diablo por la manera en que ardía.

Muevo mi cabeza y decido dejar de mirarlo antes de que se de cuenta de que parezco una loca o aún peor, que crea que me gusta por ser famoso, cosa que no es cierta ni en un millón de años.

Miro fijamente el tablero que anuncia los pisos. No hace casi paradas, pero mi parte curiosa me hace volver a ver detrás mío lo que yo creo es disimuladamente. Él sigue mirando su celular. Ahora tiene el ceño fruncido y cuando veo que alguien se dio cuenta de lo que miraba vuelvo la vista hasta el tablero, solo faltan dos pisos.

Chasing Hunter Bass.     SAGA L.R 1Where stories live. Discover now