36

2.3K 316 8
                                    

—Hobi, ¿quieres que traiga palomitas?— preguntó Taehyung, quien se encontraba sentado a un lado de Ho Seok, ambos en el cuarto del Kim, viendo una de las cómicas películas de Adam Sandler.

—Claro, seguro— respondió sin despegar la mirada de la pantalla.

—En un rato regreso— aseguró Tae, quien cabizbajo pensó que su novio se le uniría; sin embargo, desde hace unos días se muestra distante.

Descendió hasta la primera planta, donde ingresó a la cocina y se dispuso a buscar la bolsa comprimida de maíz para posteriormente meterla en el microondas.

Mientras la bandeja del artefacto daba vueltas y el  contabilizador iba en reversa, el trigueño se dedicó a sacar unos dulces que mantenía escondidos en la nevera, todos esos chocolates y gomitas yacían fuera del alcance de las garras de sus sobrinos.

Preparó una  jarra de té helado, la cual posicionó en una bandeja de plástico en la que organizó cada uno de los snacks destinados al rato de película.

Al estar todo listo, cargo la superficie plana con dificultad. Paso a paso subió las escaleras, cuidando de no tropezarse o soltar alguno de los tazones.

Fue tortuoso, pero al final llegó y entró como pudo a su habitación. Jung se alarmó al verle tan cargado.

—¿Por qué no me llamaste para ayudarte?— cuestionó Hope al chico de sonrisa geométrica.

—Antes no pareciste muy interesado en mí, no debes cambiar eso sólo porque caminé con una bandeja más pesada que yo.

—¿Disculpa?

—No te hagas el desentendido. No es un secreto que desde hace unos días no me tratas bonito. Eres serio y te importa poco lo que realice.

—Es intencional.

—¿Qué?

—Así como escuchaste.

—¿Cómo puedes ser tan cínico?

—Lo siento— susurró Jung con una mirada gélida.

—¿Eso es lo único que dirás? ¡Já!— Tae se acercó a la puerta del cuarto y la abrió con brusquedad. —Vete.

Ho soltó una sonrisa amarga.

—Creo que me pasé.

—¿Apenas te das cuenta?

—Pensé que alejándome, comportándome indiferente, lograría que tu partida doliera menos; pues no, nos he afectado a ambos.

La voz de Seok se quebró y un quejido de lamento se escapó desde el fondo de su garganta. Entonces Taehyung se tranquilizó.

—No quiero que tu ida me deje devastado— Ho confesó al borde de las lágrimas. —Esperé tanto por ti, soñé contigo y con nuestro futuro; no obstante, lo que alcanzamos como pareja se va a ir tan rápido como llegó. Y no, jamás me plantearía la idea de anclarte a éste sitio cuando gozas de una oportunidad de formación en el exterior. Te adoro lo suficiente como para dejarte ir y contemplarte en tu camino a la felicidad.

《 Debo verme tan patético, contrariando lo que conversamos veces anteriores. 》

Kim no se limitó a forzar su mandíbula. Él sí dio cabida a las lágrimas; gotas saladas, rebosantes, que marcaban un camino en las suaves mejillas. Abrazó a Ho Seok, mojando el hombro de éste.

—Hobi, vamos a intentarlo. No seamos pesimistas y hagamos hasta lo imposible para que esto funcione, por favor. Sé que podemos mantener la relación; del mismo modo estoy consciente de que existirán los momentos difíciles, pero poseo la máxima disposición para afrontar lo que sea. Te quiero demasiado, Jung Ho Seok, y anhelo que lo nuestro permanezca.

—Tae, yo no sé si…

—No lo digas. Sí somos capaces.

El mayor se limitó a acariciar la espalda de su inocente y adorable chico. Cerró sus ojos y suspiró, asimilando la situación. Quizá pasaron cinco minutos y ellos seguían ahí, con sus brazos enredados en el cuerpo del otro; sin embargo, la atmósfera se vio interrumpida cuando Tae habló.

—Si no quieres lo entenderé— se movió con la intención de separarse, pero Seok le apretó, impidiendo la lejanía.

—TaeTae, está bien. Hay motivación por parte de los dos, no hay nada qué perder. Vamos a intentarlo y a encarar lo que el destino nos ponga para probarnos. Igual, las cosas pasan por algo, y me esforzaré por lo que nos une.

Los ojos del Kim se cristalizaron gracias a la emoción. Hundió su rostro en el cuello de Hobi; después repartió varios besos sobre éste.

—Tan lindo mi Tae.

—Sólo para ti.









Maratón 2/3

Cartas a Nam Joon (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora