Bad Boys Make Love Sweeter

N. del A.  Me gusta mucho combinar un poco el carácter de Sebas con el de Lorenzo pues, ¿por qué no? Aquí Lorenzo es un poco OC, y quizá esta vaina no tenga ningun sentido. Y si, Lorenzo es más grande que Gabo. Además, sé de Arquitectura lo que sé de la vida, o sea, ni un puto carajo. Inspirado, en parte, cuando estaba escuchando Led Zeppelin y dudando de las decisiones.

Disfruten.

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El cigarrillo colgaba entre sus dedos. El chico alto se convertía en una obra de arte cada vez que le daba una calada al cigarrillo y lo expulsaba por la nariz. Para Gabo, el poderoso tranquilizante era sinónimo de cáncer. Aún así, no podía apartar su mirada. Los dedos se movían por las cuerdas del bajo con una gracia admirable. Mientras mantenía el sonido del bajo fluyendo, melodía que Gabo no podía escuchar porque una banda se estaba presentando, sus labios apretaban el cigarro. Quiso cambiar el rumbo que sus ojos seguían pero él se sentía atraído a ese ser. El chico aplastó la colilla en la suela del zapato y cargaba el instrumento con mucho cuidado. Leyó en la playera de tirantes la palabra "Megadeth", supuso que sería el nombre de una banda o una marca de ropa. Sintió sus pies pegados al suelo. La atracción se representaba con una analogía; el chico era el Sol y Gabo un planeta, no podía acercarse por mucho que quisiera, sería mejor solo orbitar alrededor.

La presentadora, una pelirroja despampanante, tomó el micrófono y anunció a la banda siguiente: Null Vier. Gabo siguió al chico con la mirada, quien se levantó y los dientes relucieron en una brillante sonrisa. Gabo, con mucho gusto, observaría esa sonrisa por el resto de su vida. Otro chico rubio apareció a un lado del bajista y le susurró al oído. Otros dos aparecieron y en conjunto subieron al escenario. El pendiente colgaba de un lado a otro y la sombra se veía en el cuello. Era una cruz. El brazo izquierdo estaba adornado con una muñequera que cubría desde la muñeca medio camino antes de tocar el codo. La chaqueta negra estaba atada a sus caderas y Gabo supo que era vieja por el color desvanecido. La playera de tirantes enmarcaba los brazos trabajados y Gabo luchó el pensamiento de qué habría debajo de la playera negra. Un tatuaje, quizá. O una hilera de músculos, juzgando por los brazos. Definitivamente, una obra maestra.

El vocalista dijo unas palabras que Gabo no escuchó. Era imposible ganar control de sus ojos cuando ese chico estaba en la misma habitación que él. Estando ahí, Gabo agradeció que Zoe insistió en que fueran al Hat Trick esa tarde. La música que él solía escuchar era la que pasaban en la radio ("Ya nadie escucha el radio, Gabo. ¿Tienes sesenta o qué?"). Dedé y Ricky se reían de él por eso. Esa mañana, Zoe dijo que darían un concierto en el Hat Trick. Gabo se preguntó cómo, el Hat Trick no era grande.

Los dedos que se movían impulsados por una fiera, lo hipnotizaron. Gabo ya no tenía remedio. No sabía ni qué clase de música era. El chico se movía por el escenario. El sudor bajaba por la piel blanca. Daría lo que fuera para tocar ese lienzo.

El chico bajó del escenario improvisado. Guardó el instrumento en el estuche. Se limpió el sudor con la playera, tuvo que levantarla. Gabo, gracias a la luces de colores, pudo admirar el vello en el abdomen y cómo se tensó para inclinarse y pasar la playera por la cara. El aire salió por la boca de Gabo, lento como a él le gustaría que el chico lo besara.

—Lorenzo no me llamó después, ¿sabes? Y no lo hará.

Gabo se hizo a un lado para dejar pasar a las chicas. Cuando regresó la vista, el bajista ya no estaba. Lo buscó pero se había ido. Sólo le quedó la figura grabada.

~•~

Dejó el vaso lleno. Quería regresar al IAD ya. Lo único que lo mantuvo allí, ya no estaba. Zoe le dio más información de las bandas pero no de Null Vier, la que en realidad le interesaba.