Me Enamoré... •|Sanji×___|•

CAPÍTULO 36

En ese momento, en una isla bastante alejada de donde se situaban nuestros queridos Sombreros de Paja, en una celda una muchacha de pelo verde intentaba deshacerse de sus esposas con una punta rota de, posiblemente, el tenedor que usaba cuando le traían de comer ese asqueroso arroz hervido.

-Vamos... vamos... -murmuró entre dientes, mientras movía el pincho metálico dentro de la cerradura de las esposas hasta que logró oír un pequeño "click" y se le quitaba de una de sus manos. Sonrió victoriosa al ver que logró quitarse el de una muñeca, suficiente para poder estirarse e intentar tomar una de sus preciadas katanas.

Chasqueó la lengua al no poder alcanzar y entonces observó la cerradura de la celda. Volvió a sonreír e introdujo la pequeña cerradura; sin embargo, oyó unos pasos aproximándose a lo que tuvo que detenerse, guardando el pincho en su propio pelo como si de una horquilla se tratara y se sentó en el suelo, dándole la espalda a quien quisiera que fuera la persona que se acercaba.

-Hola, lindura -saludó aquella voz que tan enferma la ponía. Ella no respondió, simplemente se dedicó a mirar la pared en silencio- oh vamos, cielo. No puedes seguir enojada conmigo toda la vida... Además, no tienes motivos para estarlo -habló el peli verde, pero sin perder su odiosa sonrisa del rostro, acercándose a la puerta de metal.

-¿Secuestrarme y ordenar a tus muchachos que me peguen una paliza no es motivo para odiarte?-respondió, esta vez sí, la chica sin moverse ni un centímetro de donde se encontraba. 

-Pequeños detalles sin importancia... -contestó haciendo un ademán con la mano, como algo insignificante- pero dejando eso a un lado... Me gustaría hacer un trato contigo -dijo tornando su sonrisa a una más maliciosa, sujetando los barrotes de hierro.

La joven Roronoa frunció el ceño un tanto confusa y desconfiada, pero manteniéndose en silencio para escuchar la propuesta que tenía que hacerle.

-Verás, es muy simple -empezó a explicar Yonji mientras abría la puerta de la jaula- yo te dejaré escapar de aquí. Te llevaré de nuevo con esos idiotas de los Sombrero de Paja -murmuró yendo a paso lento a la chica.

- ¿Y qué quieres a cambio? -preguntó ____ mirando de reojo al contrario.

-A ti -habló mientras se abalanzaba desde sus espaldas, manoseando el cuerpo de la muchacha con deseo, haciendo que se tensase la joven por ese brusco y sucio tacto. El mayor se acercó y olió su cabello cual psicópata mientras subía las manos hasta los pechos de la contraria- te deseo tanto desde que te vi... No me extraña que ese débil bastardo esté enamorado de ti. Si me dejas hacerte mía, te dejaré marchar -susurró contra el oído de la contraria, haciéndola tensarse aún más.

Estaba completamente asqueada al sentir las manos del contrario sobre su cuerpo, intentando tocar por debajo de la ropa. Como pudo la peli verde se giró, quedando frente a frente con el contrario y posándose en sus labios una sonrisa traviesa y juguetona.

-Yonji-sama-murmuró con un toque de seducción, acariciando su pecho- desde que lo vi no he deseado otra cosa... -murmuró seductoramente sobre los labios del chico, el cual estaba a punto de venirle un derrame por el cambio de actitud de la chica,mientras que quitaba su propia coleta y rodeaba el cuello del contrario con sus brazos.

- ¿Verdad que sí? Yo sabía que ese idiota que tengo por hermano no te daba lo que tú quieres... -dijo lascivamente, comenzando a besar y dejar marcas por el cuello de la joven.

-Porsupuesto que no -le dio la razón mientras acariciaba su nuca- no es tan guapo ni tan fuerte ni tan... ¡Cabrón! -gritó mientras le clavaba la punta de hierro en el cuello y dándole un buen puñetazo para alejarlo y salir corriendo, mientras el otro alardeaba de dolor tocándose donde tenía clavado.

___ cerró la puerta de la celda, girándose a verlo con odio y repulsión antes de marcharse- y qué sepas que Sanji es mil veces mejor que tú y mucho más hombre de lo que tú serás jamás -gruñó antes de tomar sus katanas y salir de allí lo antes posible.

- ¡G...Guar...dias! -gritó Yonji con la voz ahogada por culpa de estar ahogándose con su propia sangre.

Mientras, la Roronoa corría todo lo rápido que sus fuerzas le permitían, repitiéndose en su mente una y otra vez- ¡debo regresar con los demás cueste lo que cueste!

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¡Ay, por Dios! ¡No me lo creo ni yo que vaya a actualizar esta historia jajajaja

Ya sé que todos tenéis ganas de matarme, pero la inspiración llega cuando llega :v

Esta vez, ya ni voy a decir cuando voy a volver a publicar porque ni yo lo sé X'D

En fin, disfruten del capítulo espero acabar esta historia algún día.

Me despido, y recordad que Luffy, será el próximo Rey de los Piratas...

Continuará...