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—Dicen que andas hablando de mí con la policía— la mujer venía saliendo de la barra, me sonrió enseguida que volteó a verme.

—Es verdad— contestó sin más, recogió los platos de una mesa cercana y los colocó en la barra —Sabes, no tengo ningún remordimiento por ello.

—¿Se puede saber qué es lo que has contado exactamente?

Delicadamente se acercó a mí sonriente, lo suficiente despreocupada y descarada —Les he dicho que tu novio había dejado la chaqueta, que corrí a encontrarlo hasta el estacionamiento y fue que te vi— sus gestos hacían burla de su relato, dramatizando sus palabras. —habías regresado gritando que la ibas a matar.

Frunci el entrecejo mirándola asqueado y enfadado con la mentira que estaba echando. —¡Sabes que no es cierto!

—Y luego te vi que lo metiste al coche a la fuerza, y te fuiste con él.

—¿Por qué carajo le has dicho eso?!— dije exaltado.

Ella viro los ojos y soltó un suspiro cansada, como si fuera obvia su razón y yo no la viera. —¡Quiero salir en los periódicos y en la televisión con esa noticia! ¡Ser la testigo principal de tu juicio! — de repente me tomó de los brazos con fuerza luciendo desesperada —¡Soy lo suficientemente guapa para salir en la televisión! ¡Me opere las tetas, me las levanté!— se tocó los senos de forma obscena.

Me aleje de ella impresionado y furioso —¡Eres una puta loca y mentirosa!

—¡Ya lo sé, soy mala! —gimio de felicidad —¡Alguno de los que vienen y me preguntan que le hiciste, les digo que le aplastaste los sesos, le diste la vuelta y te lo follaste, si vieras la cara que ponen! Como me exista el sexo en los crímenes.

—¡Estás enferma! ¡Mi hermano vio que salí sin él, loca! —salí del restaurante a toda prisa, furioso y asqueado de cada palabra que salía de la boca de esa mujer y sus fantasías demasiado inusuales.

Una vez que llegué a la casa de mi hermano saqué mi celular llamándole a Taemin. Enseguida que descolgó el teléfono hablé: —Mañana quiero hablar contigo, a primera hora, en el lugar de siempre.

¿Para qué, Yoongi?

—tú hazlo, por favor. Te veo ahí.

Colgué el teléfono, observé por unos minutos desde la ventana a mi hermano. Su casa tenía ventanales gigantes, cualquier persona curiosa podía verlo desde a fuera si no bajaba las persianas, me gustaba su estilo, pero seguía siendo demasiado para mí y mi sentido de privacidad.

Incluso en eso éramos tan diferentes, la lujosa casa de hoseok no se comparaba en absoluto con la mía. De todo a todo, la decoración, la dimensión, siempre fuimos tan distintos en todo. Pero apesar de eso creí que algo nos unía más allá del lazo fraternal, más allá de la sangre, resultó ser distinto y que nunca conocí verdaderamente a mi hermano.

Lo vi poner su cara contra la mesa y aspirar, sacó una pastilla y se la tomó sin pasar agua. Cuando vi a través de él, cuando me contó lo que sucedió, no sabía que era lo que me molestaba más, si su cobardía o su adicción, hasta ahora que lo veo ahí sentando es como me doy cuenta; aborrezco su adicción porque fue lo que lo llevó a darme la espalda, a dejarme hundido incluso cuando le dije que quería morir.
—Parece que te la estás pasando bien tú solo.—dije una vez adentro.

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⏰ Last updated: Oct 12, 2020 ⏰

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Liibera tus demonios «Yoonmin»Where stories live. Discover now