▲Escuchar al que no puede hablar▼

2 0 0
                                    


Siempre había querido poder comunicarme con aquellas personas, que no tenían la facilidad que el mundo nos brinda de normal.

Los gestos y mi expresividad fulminante me daban alas para poder hacer un poco más felices a esas personas que - en algunos momentos -, se sentían incomprendidas por sus seres queridos.

Claro que la culpa no era del todo suya, pero en cierto modo podrían haberse interesado un poquito más, en otras formas existentes de comunicación. Esa comunicación que empleamos de manera inconsciente en nuestro día a día.

¿Nunca te han dicho que tu cara habla por ti?

― "Quita esa cara"― dice tu padre enfadado.― "¿Qué te pasa? Te noto rara"― te pregunta preocupada tu mejor amiga.

A mí constantemente. La verdad que siempre me he sentido un libro abierto de par en par, una persona totalmente transparente.

Como me resultaba difícil ocultar mis arrebatos emocionales a los demás, optaba miles de veces por la inigualable 'bomba de humo made in Layla.'

Ponía el móvil en modo avión, lo dejaba debajo de un cojín olvidado y hacía cualquier cosa que me entretuviese la mente. ¡Pero sola!

Esos momentos en los que no quieres dar la cara al mundo. No tener que sonreír ni ser majo por obligación. Hoy sólo quiero quedarme en pijama, ponerme música o leer blogs que se identifiquen con mi día gris.

Yo lo llamo 'refugiarse en los textos' para ver si ellos te entienden más que algunas personas, o para ver si hay alguien en este mundo en tu misma situación.

Después de darme cuenta de que todos necesitamos sentirnos comprendidos, casualmente una noticia del telediario captó toda mi atención. Me quedé mirando la televisión con toda la boca llena de espaguetis.

Una asociación de personas sordomudas.

― ¿Cómo se sentían comprendidas en un mundo en el que casi nadie sabía lenguaje de signos? –pensé mientras masticaba la comida con desgana.

Había entrado en un trance con esa reflexión y me di cuenta, de que la mayoría de las veces no caemos en que empleamos muchos gestos al interactuar con otra persona, pero que a veces no son suficientes.

Te voy a plantear una situación y quiero que respondas sinceramente:

Si no pudieses escuchar o hablar: ¿Qué sentirías si tuvieses que escatimar en detalles porque la gente no te entiende por gestos? Y lo que es peor: no lo entiende porque ellos no quieren entenderlo. Porque no hacen nada para ello.

¿Te bastaría con llorar para demostrarle a alguien lo mal que estás? ¿Esa impotencia por las ganas que tienes de poder hablar? ¿De poder escucharle? ¿De entenderos como la mayoría de la gente?

Imagínate un momento que te quedas ciego, mudo o sordo. Y siente la rabia de sentirte con menos habilidades que los demás. Siente cómo te falta una parte de ti.


Pues esa noticia me llegó.

Les veías sonreír tanto que olvidabas del duro proceso de asimilación, aceptación y superación que tuvieron que pasar en su día.

Así que cogí esa fuerza y lo transformé en iniciativa. Y eso a su vez, en el arte de escuchar al que no puede hablar y ser un oído para el que no puede escuchar.

Después de un año de duro esfuerzo: me dieron el título del curso de lenguaje de signos online que había hecho. ¡Por fin! Es mucho más fácil hacer la O con un canuto.


Lo que no sabía aún es cuánto me iba a transformar la vida aquello.

O más bien, no tenía ni idea de que me iba a acercar a mi vida. 

A mis sueños.

A mi propio yo.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 22, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Dormir para soñar, cinco minutitos más.Where stories live. Discover now