Capítulo 3.

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[Este es un regalo para mi amiga, es una adaptación del fanfic EXO "Absolute Chanyeol".]
Trate de respirar por un momento,
Trate respirando, trate respirando,
Esta no es la guerra,
Abre bien los ojos,
Para la colisión de felicidad,
(Vas a ser un testigo a cambio).
PARTE III
En el transcurso de los cinco días siguientes, Erik tuvo problemas para levantarse de la cama. No le llamaba «dormir» a sus momentos de descanso, pero Charles se preocupó de todas formas, sintiendo la ansiosa inquietud de ver como los últimos granos caían en su reloj de arena imaginario.
Charles trató de ignorar aquel comportamiento lo mejor que pudo. Su corazón latía de emoción cada vez que veía a Erik levantarse y salir de la cama. Sus besos eran más dulces que nunca en aquella semana. La sonrisa de Erik era tan contagiosa y su risa tan brillante que Charles no se percató del brillo atenuado de sus ojos hasta que fue demasiado tarde.
El quinto día era un miércoles, Charles siempre lo recordaría. Acababa de atravesar la puerta principal, con la mochila todavía sobre sus hombros, cuando la débil voz de Erik lo atrajo hasta el dormitorio.
-Charles... -se quejó. Por su aspecto, no se había levantado de la cama en todo el día. Estaba en la misma posición en la que Charles lo había dejado por la mañana, salvo que ahora Erik parecía estar sufriendo.
El fin está cerca.
-Estoy a... aquí -dijo Charles, sentándose en la cama junto a él. Su estómago se agitó de angustia al ver el rostro de Erik. El terror invadió cada fibra de su ser cuando Charles continuó hablando.
-Me... me duele todo. ¿Qué me está pasando?
-No lo sé... -Charles acarició su mejilla con la mano. Su piel estaba más fría que la vez en la que se había desplomado frente a sus ojos. Era aterrador y el cuerpo de Charles reaccionó en consecuencia, quedándose casi sin respiración.
-Esto no puede ser... -dijo Erik de repente, tratando de abrir los ojos.
Charles no pudo apartar los ojos de su cara cuando Erik no fue capaz de enfocarlo con la mirada.
-No hemos tenido tiempo suficiente... no puedo irme ahora.
-Erik... -Charles colocó la mano sobre sus labios. No soportaba que siguiese hablando. Sus entrañas se retorcieron de incomodidad y un escozor familiar comenzó a invadir sus ojos. Aquello era todo.
-No puedes luchar contra esto... no podemos luchar contra lo que sabíamos todo el tiempo que pasaría.
Las lágrimas nublaron su vista y se ahogó con sus propias palabras. Se secó las lágrimas con violencia, indignado con sus propios sentimientos. Tenía que mantenerse sereno por Erik. La última imagen que Erik tuviese de él no podía ser goteando.
-Charles.... -Erik buscó sus manos con las suyas y Charles tomó las suyas firmemente-. Yo... durante mucho tiempo no supe por qué había sido creado. Ahora comprendo que... que fui creado para ti y solo para ti. Nunca me había imaginado que encontraría a alguien que me haría sentir tan... tan humano. Lo siento...
-Shhh... -Charles besó sus manos, asegurándose de no tocar su piel con sus lágrimas. No quería hacer las cosas más difíciles de lo que ya eran. Una parte de él agradecía que al menos los ojos de Erik permanecieran cerrados.
-No me olvides, ¿vale? -continuó Erik con voz forzada-. Puedes amar a otras personas, tal vez incluso más que a mí, pero no...
-Nunca -juró Charles apretando los dientes. Inspiró fuertemente para calmar su corazón. Era inútil. Se estaba rompiendo en pedazos-. No tienes nada de qué preocuparte. Mi... mi Erik es inolvidable.
-Te quiero... -dijo Erik. Intentó tirar de Charles hacia él, pero estaba demasiado débil. El corazón de Charles se rompió un poco más al verlo esforzándose así. Se inclinó hacia él, apoyando las manos cerca de la cabeza de Erik.
-Te quiero -dijo de nuevo Erik en voz más baja, rozando con sus labios los de Charles-. Erik ama a Charles.
Te amo.
En años posteriores, Charles se odiaría por no haberlo dicho en voz alta para que Erik pudiera escucharlo.
Con un suave beso, Erik dejó escapar su último aliento. El sonido era inquietante y anunciaba el fin, pero eso no impidió a Charles llamar su nombre una y otra vez, con la esperanza de ver una ligera reacción.
La realidad lo abofeteó con fuerza, cuando Erik no se movió.
Se acabó.
Se había ido.
Nunca más vería su sonrisa.
Nunca más vería el pequeño tic nervioso que había llegado a adorar.
Nunca más se despertaría entre sus brazos.
Nunca más besaría sus labios.
Nunca más... amaría a alguien como había amado a Erik.
Primero un sonido ahogado brotó de sus labios, luego sollozó sobre el pecho inmóvil de Erik, clavando las uñas en su camisa. Erik permaneció bajo su cuerpo, tan frío como una piedra.
No había rastro del feliz, asombroso y Perfecto humano que Charles amaba. Que siempre amaría.
No había brazos que lo envolviesen mientras lloraba. No había ningún susurro de «Charles, deja de gotear» en la curva de su oreja.
Nada.
Charles lloró como si fuese el último hombre sobre la Tierra y nada pudiera salvarlo de su soledad.
Al día siguiente Charles observó cómo el camión de «Boyfriend Store» se alejaba de su edificio de apartamentos.
No había dejado de llorar y tener a Erik en su cama empeoraba las cosas. Se encontraba tan perdido en sus emociones que no se percató de que Moira estaba de pie, a su lado.
-¿Está...?
-Se ha ido... -susurró Charles sin perder de vista la dirección por la que el camión se había ido.
-yo...
Charles sacudió la cabeza y se alejó de él, entrando de nuevo en su apartamento. Esperaba que Moira comprendiese que no estaba listo para hablar de ello todavía. No creía que fuera capaz jamás de explicar con palabras lo que había significado Erik en su vida.
Erik era su sol, su helado de cereza, su amigo, su novio... el amor de su vida.
No existían palabras en ningún idioma humano que le permitiese comenzar siquiera a describir lo que ellos habían compartido. De nuevo en su apartamento, Charles encontró una nota escondida bajo su almohada.
La leyó, a pesar de que su sensatez le decía lo contrario.
Charles. Me iré pronto. Recuerda que te quiero, ¿vale? ¡Erik ama a Charles! Te amo tanto como alguien como yo pueda amar. Te amo y gracias por enseñarme este sentimiento. Por fin sé qué es amar y ser amado. ¡Es de verdad el sentimiento más grande del mundo! No gotees, ¿vale? Nada de gotear. Cuídate mucho y no seas tan duro con Moira. Ella se preocupa mucho por ti. Adiós, mi Charles. Mi novio.

Absolute Cherik.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant