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Marc-André fue la última persona en llegar al entrenamiento,  era más que obvio que estaba llegando tarde. Pasó a un lado de sus amigos para ir directo a su taquilla y poder cambiarse; pero el cuerpo de Rafinha se interpuso.

— Marci

— Rafi

Tanto el brasileño como el alemán se sonrieron mutuamente. Marc sabía que se iba a llevar una reprimenda por llegar tarde pero nada le importaba mientras recibía la sonrisa de Rafinha.

— ¿Quieres ir a mi casa después del entrenamiento?

Y aunque eso fuera una nimiedad para algunas personas, para Marc-André  era algo lindo. Era la primera vez que Rafinha lo invitaba, directamente,  a hacer algo. Siempre era él el que proponía el plan, el que daba las ideas,  el que invitaba a salir. Ese era el primer paso de Rafinha, y se alegró por eso.

Rafinha seguía delante de él sonriéndole nerviosamente. Escuchó el grito del Míster y solamente atinó a asentirle a Rafinha mientras salía corriendo a disculparse por su retraso. Ese día no le había escrito ninguna carta a Rafinha ya que la última que le escribió lo dejó todo demasiado claro. Ahora era el turno del brasileño de hacer algo para aclarar esa "relación" que tenían.

•••

Solo había algo resaltante y para recordar de su visita a casa de Rafinha. Se habían besado,  lo había besado y corrió fuera de la casa del brasileño huyendo del problema.  Sentía mucha vergüenza por haber hecho eso, fue un impulso. Dios, ¿y ahora como vería nuevamente a Rafinha a la cara?

Querido Rafinha. » Terfinha [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora