Catania.
Un mes y medio atrás.
Apagó la cafetera, sirvo los cafés y los llevo adónde está Valentín.
Le doy su tasa y me siento al frente suyo tratando de no llorar.
- ¿Encerio querés terminar? - pregunta tomando café.
- Hace cinco años que estamos juntos y siento que nos estamos aburriendo de esto, se hizo todo muy monótono - explicó mirando para la ventana.
- Puede haber otra solución Cata - dice sentándose al lado mio - Podemos darnos un mes de tiempo y volver, si no funciona vemos .
Dudo pero asiento.
- Solo un mes - vuelve a hablar abrazandome.
- No quiero que esto después resulte difícil para los dos - comento.
El niega y agarra mi cara entre sus manos para luego darme un beso.
Antes de irse me dió la copia de la llave de casa y su buzo.
- te voy a extrañar - nos besamos por última vez y después se va.
Me quedo acostada en mi cama hasta que son las doce y Iara me llama.
Ya a las una estoy preparada para salir, era la primera vez sin Valentín y podría perder el control.
Y lo hice al ver después de mucho tiempo a Tomás.
El me sonrió como solía hacerlo, tomo mi mano y me abrazo cuando salimos del boliche.
Entre a Instagram y veo las historias de Valentín durmiendo con Fufi, nuestra perrita y la frase "extrañamos a mami".
Me sentí una basura pero quería disfrutar este mes y saber si realmente amaba a Valentín como solía pensar.
