Final.

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Las pesadas respiraciones de ambos era lo único que resonaba en la habitación. Solo había una débil luz proveniente del ventanal que poco alumbraba sus rostros.

Al separarse simplemente se miraron fijamente a los ojos. Pasaron los minutos y aunque habían muchas cosas por hablar, ellos prefirieron permanecerse callados y olvidarse de todos los problemas que se habían causado.

Aun así poco duro el silencio.

—Perdón otra vez, te he causado muchos problemas... –la suave voz del menor salió. –Si yo simplemente no hubiera sido tan débil, tu no tendrías que haberme protegido y yo no hubiera.. –Kihyun se tapó el rostro de pura pena.

—Ya, eso ya quedó atrás. –Hyunwoo lo abrazó con sus enormes brazos apenas dejándolo respirar. – Lo que realmente importa es lo que está por venir. Y aunque no lo parezca yo también soy débil, me duele verte sufrir y llorar, que aunque yo tampoco tenga fuerzas me hace querer estar siempre ahí para protegerte.

Las palabras sinceras del moreno solo hacían que el corazón de Kihyun latiera más y más fuerte.

Sus labios volvieron a juntarse, provocando que solo se escuchara el sonido que éstos hacían al chocarse. Las manos del más pequeño se pasaban por la ancha espalda del moreno, causándole escalofríos a éste.

Cansados de sentir los pulmones tan apretados tuvieron que separarse por la falta de aire.

—Dime Kihyun, aquella vez que me recibiste en tu apartamento cuando estabas en muletas... ¿qué fue lo que realmente te sucedió? –sacó el mayor al no soportar tanto silencio.

—Ah.. aquella vez... seguramente piensas que fue algo muy grave pero simplemente me caí y me falseé el tobillo. –soltó una ligera risa.

—¡¿Que no es grave?! –se sobresaltó el más alto sentándose en la cama de la sorpresa.– Pero claro que lo es, tonto –golpeó con un dedo la frente del chico causando que éste hiciera un puchero y se sobara el área "afectada".

Ambos rieron y solo faltaba un poco de música ambientadora de novelas para que se volviera la escena perfecta.

Se volvieron a abrazar, como si nunca se fueran a encontrar de nuevo, pero la realidad era que toda su historia apenas comenzaba. Nadie esperaba que a partir de un sólo encuentro inesperado sus vidas iban a cambiar tanto. Que algo nunca podían ver en un futuro ahora mismo estaba sucediendo.

Y así, en la misma posición, los dos se quedaron dormidos sin separar sus cálidos cuerpos, pues sabían que el lugar indicado para quedarse el resto de sus vidas, era en los brazos del otro.

perfect man → showki Where stories live. Discover now