Ilusión › ᴄʜᴀɴʜᴜɴ

u n o

—¿Entonces no vas a ir al viaje? ¡Vamos, Chan! No será lo mismo sin ti, lo sabes grandulón.

Chanyeol no hizo más que negar apenado, salir en busca de unas verdaderas vacaciones sonaba bastante bien pero no podría darse ese lujo, no por ahora. Su salario era lo justo que necesita para la renta de su apartamento, su comida y para los constantes proyectos.

--Para ya, Irene. Ya te he dicho que no iré--busca una posición más cómoda en su asiento, se mantiene concentrado en el grueso libro tras las lunas de sus lentes--, tampoco planeo aceptar tu dinero.

--Sabes perfectamente que no soy generosa con nadie más que tú.

--Y Junmyeon por supuesto.

No le hace falta despegar la mirada de su libro para saber que se encuentra abochornada, la conoce muy bien. La observa burlón, sin embargo; está satisfecho.

Bae Joohyun, o Irene como le gusta llamarla, es algo así como su mejor amiga. La conoció en la preparatoria, siendo precisos en su segundo año. Lograron entablar una amistad un tanto... Peculiar, si bien se comprendían los dos tenían puntos de vista bastante diferentes; por un lado Chanyeol era sinónimo de inseguridad e Irene todo lo contrario. Chanyeol necesita examinar bien su entorno para sentirse completo y seguro, Irene puede que no sea la persona más carismática del mundo pero no le costaba tanto sentirse bien consigo misma teniendo como consecuencia que todos le tuvieran cierto respeto.

En fin, como en toda amistad tuvieron sus discusiones, en una ocasión no llegaron a hablarse por casi dos meses; pese a ello no pudieron evitar extrañar la compañía del otro por lo que terminaron haciendo las pases.

--Esa manera tuya de atacarme, mocoso--reprocha fingiendo indignación--. Cambiando de tema, ¿ya sabes con quién hacer el trabajo?

--No, la verdad que no. Preferiría hacerlo por mi cuenta pero estoy seguro que el maestro Choi no se encontrará muy feliz que digamos--se resigna, cierra el grueso libro permitiendo a sus ojos reposar de tantas letras--. Ya me las arreglaré, no será difícil.

--Y eso es por que todo el mundo te quiere, ¿verdad?--La irritación es palpable en su tono, sin embargo hay una sonrisa que acompaña el acto.

--¿Quién se puede resistir a mi noble corazón?

--Sí, sí. Lo que digas, solo no vuelvas loco a nadie.

Ambos se levantan de su asiento al ver a Choi entrar al salón, hacen una venia en conjunto con los demás estudiantes en muestra de saludo. Después de unos segundos todos se sientan, ve partir a Irene de su sitio y no puede evitar sonreírle cómplice; su pequeña amiga se había esforzado mucho en pedirle a Junmyeon ser su compañero para el trabajo que les anticipó Choi, estaba orgulloso sin duda. Ya era hora de que Irene dejara de ser tan obstinada y admitiese que traía un par de tornillos flojos por ese chico.