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El partido ya había terminado. Los cinco chicos se despidieron, tres yéndose por un lado y los otros dos yéndose por el otro.

El recorrido hacia la casa del castaño fue silencioso e incómodo. ¿Cómo se debía reaccionar después de haberte besado con tu mejor amigo?

Eso le preocupaba a ambos. ¿Cómo serían las cosas a partir de ahora? ¿Ya no hablarían? ¿Dejarían de ser mejores amigos? Ninguno quería eso.

Al llegar a la casa, vieron a Anne y Jay susurrándose cosas mientras los miraban.

— Hola, bebés— saludó Jay feliz.

— ¿Cómo les fue el juego?- ésta vez Anne preguntó.

Ambos se miraron avergonzados.

— B-bien, eso creo...— tartamudeó Louis.

— ¿Para cuando la boda?— preguntó de repente Anne. Recibió un golpe en la nuca de parte de Jay—  ¡Ouch! ¡sólo fue una pregunta!

— Pues guardátelas— le regañó entre dientes.

— Em... N-nosotros vamos a la habitación...—  Harry habló, dirigiéndose hacia las escaleras con Louis atrás.

Subieron y antes de entrar escucharon a Jay gritar "¡Cariño te deje protección en tu mesa de noche!"

Ninguno había entendido el mensaje, hasta que entraron a la habitación y observaron la mesita de noche. Sus mejillas se volvieron de un color rojo fuerte al ver tres preservativos.

— U-um...— Louis se acercó a la mesita de noche y agarró rápidamente los tres preservativos, guardándolos en un cajón de su escritorio.

— Nuestras madres son raras— habló el rizado, divertido, intentando sacar la incomodidad.

Pero el silencio se hizo presente. Cada uno estaba en una esquina de la habitación. Querían acercarse el uno a el otro, pero estaban nerviosos.

— Creo que tendríamos que hablar de lo ocurrido...— susurró el castaño, pero harry logró escucharlo.

— S-si, hablemoslo como personas civilizadas.

— Somos todo, menos personas civilizadas, Harry— ambos rieron.

— ¿Qué sentiste?— preguntó el castaño de repente.

— ¿E-eh?

— ¿Qué sentiste cuando nos besamos, Harry?— Louis intentaba sonar seguro, aunque estuviera nervioso.

— N-nada, creo...— bajó la mirada mordiéndose el labio, avergonzado. Obvio que había sentido cosas. Esas típicas mariposas revolotear por todo su estómago estuvieron presentes en todo lo que duró el beso.

— Mientes— afirmó el castaño. Conocía tan bien a Harry. Sabía que cuando mentía no podía mirar a las personas a los ojos y empezaba a morderse el labio.

— A veces odio que me conozcas— rió.

— Entonces... ¿Si sentiste cosas?

— S-si...

— ¿Qué cosas?

- No lo sé... Sólo sé que sentí cosas, aquí...- señaló su estómago. A Louis le fue inevitable no sonreír.

— Yo también las he sentido— afirmó. ¿Qué estaba ocurriendo? No lo sabía, pero sin duda le gustaba.

— ¿Qué son?

— No lo sé...— el castaño se acercó a Harry.

— ¿P-podemos averiguarlo?

— ¿Eso quieres?— se acercó un poco más haciendo que Harry retrocediera algunos pasos y chocara contra la pared.

— Sólo... quiero saber qué sentí...— Sabía que Louis iba a besarlo, y aunque lo negara, quería que lo besara en ese instante.

— Está bien— sin más, Louis tomó suavemente la cintura de el rizado, provocando que este se estremeciera y acercó su rostro al de Harry.

— Louis...— dijo en un susurro.

No dijo nada más ya que el castaño atrapó sus labios en un suave pero profundo beso.

Las mariposas en ambos estómagos habían vuelto, revoloteando esta vez por todo su cuerpo.

Harry pasó sus brazos por el cuello de Louis, atrayéndolo más él, y el castaño apretó más el agarre en la cintura del rizado.

Segundos después se separaron por la falta de aire. Harry apoyó su frente en el pecho de Louis. Estaba avergonzado y feliz, no sabía porqué.

— Las volví a sentir, Boo...— susurró para Louis, como si alguien más pudiera escucharlos.

— Yo también, Hazz...

Al otro lado de la habitación, estaban Anne y Jay, escuchando todo, obviamente felices.

-— ¡Te lo dije! Son 20 dólares— Anne extendió su palma hacia Jay.

— ¡Pero si sólo se besaron!

— Pues 15— sonrió con malicia.

Jay rodó los ojos y le entregó 15 dólares a Anne.

kiss cam [l.s] ✓Where stories live. Discover now